domingo, 28 de septiembre de 2008

ENSEÑAR A PERDONAR, Otra madre ejemplar

«Soy la madre del "nuevo muchacho muerto en la Castellana" y te aseguro que él no "se estampó con su moto contra un automóvil".» Es una carta al periódico de una madre. Fue publicada en un diario madrileño, dirigida a un periodista que trató con poca fortuna una noticia muy dolorosa para ella.

«Agustín iba tranquilo por su carril cuando un BMW conducido por un extranjero borracho le adelantó por la derecha girando delante de él. Naturalmente que mi hijo se estampó contra su coche y al caer al suelo el vehículo le pasó sobre las piernas y el brazo. En la foto se puede ver. Los clientes de Castellana 8 lo querían linchar cuando metió la marcha atrás para huir. Yo no estaba ahí. Me lo han contando los testigos. Agustín es efectivamente un cadáver hoy, pero no porque se jugara alegremente la vida. Creo que hay que tratar con más respeto el dolor inmenso de unos padres, hermanos y amigos del mundo entero –repito, del mundo entero–. »

Infórmate con seriedad y responsabilidad de este "muchacho muerto en la Castellana". Me alegro de que me hayas dado la ocasión de expresar públicamente que no tengo que perdonar a las personas que me han arrebatado a mi hijo porque no tuve, gracias a Dios, ni un minuto de odio. A esta joya de hijo lo he considerado un regalo que me prestó Dios durante treinta y un años y que llegó el momento de devolvérselo.»

Todo un testimonio de una mujer con entrañas de misericordia y que con toda seguridad había enseñado a sus hijos a perdonar como ella lo hacía ahora.

El chico sabrá perdonar si nos ve perdonar. Y para educarle bien ha de aprender a perdonar, entre otras razones porque tendrá que perdonarnos muchas cosas. Será necesario promover en la familia toda una dinámica que haga del perdón algo natural. Tan natural que no sea necesario explicar a los hijos por qué se debe perdonar. La facilidad para perdonar es algo que se respira en una casa. Y la resistencia a hacerlo, más todavía.

Tu hijo lo nota, porque te observa continuamente. Repasa tu forma de actuar. Debes decidirte a perdonar, pero al tiempo debes decidir olvidar. Hay quien dice que perdona, pero no olvida. Quizá eso no sea perdonar. Depende de qué se entienda por no olvidar. Ha de desaparecer el resentimiento, sin esperar a que sea espontáneamente. No siempre sentiremos el instinto natural de perdonar. La ofensa es como una herida, y el perdón es el primer paso en el camino de su curación, que puede ser larga.


El perdón no es un atajo para alcanzar la felicidad, sino una larga senda que hay que recorrer. Si alguna tensión familiar, o profesional, o con los vecinos, nos preocupa y nos molesta, hemos de resolverla. Y si el chico es consciente de ella, tiene que ver que buscamos la reconciliación y evitamos el desafuero y los enfados. No es que no te debas desahogar, sino que debes ser prudente en esos momentos. Hay que saber perdonar y comprender, y también saber entenderse.

Muchas cosas se resuelven simplemente con hablarlas con calma y sobre todo –no es una simpleza decir esto– con deseo de que se arreglen. El problema otras veces no está en el enojo momentáneo, sino en el resentimiento y en la amargura que fraguan por dentro y que rehusan el perdón. A lo mejor un amigo te ofende, y desechas su amistad en vez de buscar remedio a ese suceso. O tu hijo te dice algo poco oportuno en un momento de enfado, y le retiras el saludo toda la semana, en vez de perdonar su inoportunidad, que a lo mejor no ha sido culpable. O tu marido no te ayuda en determinadas tareas de la casa, y en vez de decírselo –quizás lo hiciera de mil amores– andas furiosa de un lado para otro. Así no se puede pretender arreglar las cosas. Has de buscar una salida.

sábado, 27 de septiembre de 2008

QUE TENGA CORAZÓN, Lección de una Madre




«Un día, al poco de llegar a Burgos, sería en octubre del treinta y seis, salíamos Alejandro y yo del hotel, camino del colegio, y contemplamos una escena que no se me olvidará nunca.”

La narración es de Vallejo-Nájera en su último libro, y podemos sacar de ella una enseñanza interesante.

«Caía una lluvia copiosa y fría, y dos niños, de unos doce y seis años, se refugiaban debajo de un paraguas. Iban de luto. Pantalones cortos negros, camisa, calcetines, jerseys y abrigos del mismo color. Estaban rodeados por otros cuatro chicos y uno de ellos, mayor, les insultaba en voz queda, pero con un odio que yo no había tenido ocasión de detectar antes. Los enlutados se estrechaban contra la pared y el más pequeño, asustado, lloraba. El mayor de los agresores les golpeaba y el del paraguas procuraba defenderse con él. El hermano pequeño se agarraba a su cinturón, gimiendo. Le desgarraron la tela del paraguas, le rompieron la mitad de las varillas y el chico que lo llevaba comenzó a emplearlo, como espada, embistiendo al matón al tiempo que le gritaba: "Hijo de ...". Yo nunca había oído esa expresión y contemplaba la escena sobrecogido. A su vez, mi hermano Alejandro se agarraba a mi mano y vi que le corrían las lágrimas. Por fin pudieron zafarse y el matón, cuando huían, les gritó: "Lo tenía bien merecido tu padre, por rojo y por ...". Luego supe que esos chicos enlutados eran hijos de un fusilado al principio de la guerra. »

Al regreso del colegio se lo conté a mi madre, una rubita insignificante y provinciana... en apariencia. "Deben de ser de los malos", le comenté como resumen. "Mira, Juan Antonio –me dijo– esos niños no tienen la culpa de nada, y no olvides que las tragedias son tragedias para todos, buenos y malos. Y cuando veas sufrir a alguien, sea quien sea, procura ayudarle". Mi madre, según me decía esto, tenía que contener las lágrimas. No he olvidado ni el llanto reprimido ni el consejo.»

Estas lecciones de madre recibidas desde muy joven no se olvidan. Son testimonios personales insustituibles con los que un padre o una madre transmiten esos sentimientos de persona de buen corazón.

El chico ha de sentirse afectado por el sufrimiento de los demás, desear ayudar a quien lo necesita, consolar al que está triste, acompañar al que ha sido despreciado, perdonar a ése que le ofendió, querer a todos.

Lo aprenderá con ejemplos en la propia vida de los padres, que son los que dejan huella profunda.
No es infrecuente encontrar, en un chico de esta edad, sentimientos sorprendentes de falta de buen corazón, que suelen tener su raíz en una inadecuada formación. Pueden advertirse en:

*la saña con que se pelea con su hermano;
*en la dureza con que habla de un profesor o un compañero;
*en su falta de compasión ante la desgracia ajena;
*en los deseos de venganza, o en el resentimiento ante ofensas reales o supuestas;
*en la indiferencia manifiesta ante el dolor de otros.


Debe afearse su conducta sin dejar pasar la ocasión cuando afloren estas actitudes o reacciones inconvenientes.


Será bueno también que tome contacto con el sufrimiento ajeno, con la debida prudencia y sin impactos excesivamente fuertes.


Es positivo que sepa que hay gente que no tiene lo que él sí tiene, gente que sufre por falta de atención, que vive en soledad, que apenas recibe cariño.


Los padres han de hacerle reflexionar sobre ello, pero sin caer en el extremo contrario de una saturación que le insensibilice y pase a considerarlo como algo normal ante lo que nada puede hacerse. Es muy positivo que vea la preocupación de sus padres ante la mendicidad o la pobreza, y que note su generosidad en detalles bien concretos: una limosna significativa en la iglesia o a una labor benéfica es toda una escuela de formación para el chico.


Será oportuno que los padres comenten con acierto –sin agobiarle– las desgracias de personas cercanas, para que sepa valorar lo que él tiene y preocuparse más de los demás. A veces convendrá sugerirle que se prive de algo propio –de parte de sus propios ahorros, por ejemplo– para remediar en algo la indigencia ajena. Como decíamos antes, por cada uno muy sensible al que no hay que agobiar, hay al menos tres insensibles a los que conviene despertar.


Así descubrirá –porque lo ve hecho vida en sus padres– la alegría de dar y de compartir, la felicidad que nace de una generosidad que no entiende de intereses, la satisfacción de prestar sus cosas sin llevar cuenta estrecha, y tantos otros valores que deben ir prendiendo en su carácter y en su modo de ver la vida.


A esta edad surge, a veces, un deseo de acaparar cosas, de guardar pequeños tesoros bajo llave, o un cierto celo en que nadie curiosee su armario. Puede ser positivo porque aprende así a cuidar sus cosas, y porque se desarrolla su intimidad; pero hay que estar atento para que no anide en él la estrechez o la roñosería. Los padres deben fomentar que preste sus juguetes, regale a otros algo que quizá ya no necesita, colabore con sus ahorros a un regalo familiar, etc.


Es preciso inculcar en el chico buenos sentimientos. Porque, si no, luego nos quejamos sin razón. "Extirpamos el órgano –vuelvo a citar a C.S.Lewis– y exigimos la función. Hacemos hombres sin corazón y esperamos de ellos virtud e iniciativa. Nos reímos del honor y nos extrañamos de ver traidores entre nosotros. Castramos y exigimos a los castrados que sean fecundos."


Habrá que ir puliendo –con razones que se dirijan a un tiempo al corazón y a la cabeza– la dureza de sus juicios, su tendencia a juzgar precipitada y apasionadamente, su radicalidad y su incipiente fanatismo, su carácter excesivamente impulsivo, y tantas otras cosas.

    viernes, 26 de septiembre de 2008

    EDUCACION DE LA AFECTIVIDAD

    En los días siguientes, voy a ir poniendo algunos segmentos extraidos de interrogantes.net que nos pueden dar una buena guía a las madres y padres de "pre-adolescentes" o de hijos de cualquier edad...

    Una de las cosas más maravillosas, de ser padres, es que Dios nos ha confiado almas "en blanco", que tenemos que tratar de llenar con letras agradables a Dios. Lo complicado, es que al final de nuestra vida, tendremos que dar cuenta de lo que escribimos o permitimos que escribieran ellos mismos en ese lienzo en blanco....

    No es nuestra responsabilidad lo que hagan los hijos, pero sí es nuestra responsabilidad que cuando hagan algo que no esté correcto SEPAN que no están actuando bien.

    Los hijos no traen instrucciones, pero hay mucha gente buena que está tratando de escribir muy buenos manuales!!

    ¡Que los disfruten!

    UN EQUILIBRIO ADECUADO, El caso de Mario




    Recuerdo una anécdota que se desarrolló durante el segundo plato de la comida de un caluroso día de campamento.


    El muchacho que tenía a mi izquierda –Mario– prefirió no servirse carne, pero lo compensó poniéndose prácticamente todas las patatas fritas que había en la fuente, que no eran pocas. Al instante, comenzaron las protestas de los chicos que aún no se habían servido, al ver que con toda probabilidad se iban a quedar sin patatas fritas.


    No habría pasado de ser un sencillo conflicto infantil inmediatamente olvidado, si no fuera por el diálogo que siguió. Ante la leve llamada de atención que hice a su actitud, Mario, con gran naturalidad y un tono un tanto ingenuo, contestó: "es que no me gusta la carne".


    Intenté explicarle que, independientemente de que no le gustara la carne, pensara que iba a dejar sin patatas fritas al menos a dos de sus compañeros de tienda, y que debía pensar en los demás. Me miró como si yo fuera un extraterrestre y, con bastante candidez y extrañeza, objetó: "¿No querrás que coma carne si no me gusta, no?".


    El pobre chico estaba desconcertado: ni se le pasaba por la cabeza la posibilidad de hacer algo opuesto a sus gustos, independientemente de cuales fueran las consecuencias para los demás.


    El caso es que Mario era un buen muchacho. Su problema era que había recibido una educación que casi le incapacitaba para hacer algo contrario a lo que le apeteciera. No es que le costara mucho; es que ni se le pasaba por la cabeza.


    Hay muchos chicos de diez o doce años que son como Mario, víctimas de ese sentimentalismo infantil tan egoísta y de tan poco calado. Suele quedar caracterizado por frases como "es que no me apetece", o "eso me aburre, es un rollo", dichas con sorprendente frecuencia y, sobre todo, de manera que con eso se consideran ya justificados para no cumplir su deber.


    Cuando el chico sólo actúa a remolque de satisfacciones materiales, entra en una dinámica de gran dependencia de los estados de ánimo. Se dan respuestas cambiantes ante los diversos estímulos. Falla la voluntad. Aparece como un ingenuo deseo de prolongar indefinidamente las diversiones y la falta de responsabilidad de la infancia.


    Es decisivo infundir en el chico fuerza de voluntad y deseos de superar ese sentimentalismo. De lo contrario, irá sustituyendo el uso de la razón por esa brumosa multitud de sensaciones que acaba por asfixiar la propia libertad, pues la incapacidad de controlarse a sí mismo es la peor de las tiranías.


    Los educadores solemos percibir en seguida este problema, y muchas veces la primera reacción es intentar proteger las mentes de los chicos frente a los sentimientos, en vez de frente al sentimentalismo.


    Sin embargo, "por cada alumno que necesita ser protegido de un frágil exceso de sensibilidad –señala C.S.Lewis– hay tres que necesitan ser despertados del letargo de la fría mediocridad. La correcta precaución contra el sentimentalismo es la de inculcar sentimientos adecuados." Porque un corazón duro no es protección infalible. Sin la ayuda de los sentimientos, bien orientados, su intelecto es débil frente al ambiente.


    Ahora aprenderán impulsados por motivos más afectivos; después, sabrán hacerlo porque es su deber.


    La conclusión es, pues, inculcar sentimientos adecuados, mas que hacerles insensibles, fríos o espartanos.


    Hay muchos sentimientos positivos que inculcar: lealtad, respeto a la verdad, honradez, solidaridad, compasión, proteger o ayudar al más débil, buen corazón, superar la mediocridad, deseos de buena emulación, respeto a la naturaleza, etc.


    Muchos han salido ya. Otros los veremos luego con más detalle.

    martes, 23 de septiembre de 2008

    SOLO PARA TI

    El amor es excluyente, uno no puede (salvo raras excepciones) enamorarse de verdad más de una vez en la vida.... hoy amanecí romántica, que le vamos a hacer!!

    Eres todo lo que pedía

    Lo que mi alma vacía

    Quería sentir

    Eres lo que tanto esperaba

    Lo que en sueños buscaba

    Y que en ti descubrí

    has llegado a encender

    Cada parte de mi alma

    Cada espacio de mi ser

    Ya no tengo corazón

    Ni ojos para nadie

    Solo para ti

    Eres el amor de mi vida

    El destino lo sabia

    Y hoy te puso ante mí

    Y cada vez que miro al pasado

    Es que entiendo que a tu lado

    Siempre pertenecí

    has llegado a encender

    Cada parte de mi alma

    Cada espacio de mi ser

    Ya no tengo corazón

    Ni ojos para nadie

    Solo para ti

    Solo para ti

    Solo para ti

    Solo para ti

    Esto es en verdad

    Lo puedo sentir

    Se que mi lugar

    Es junto a ti…

    Eres todo lo que pedía

    Lo que no conocía

    Y que en ti descubrí.

    viernes, 19 de septiembre de 2008

    EDUARDO VERÁSTEGUI: "Todos estamos llamados a ser santos"



    Empezó a trabajar a los 17 años cantando en un grupo que se llamaba “Kairo”. Viajes, discos, videos, telenovelas en México… La fama fue subiendo y cumpliéndose sus “sueños”. Ya sin el grupo siguió cantando como solista. En uno de sus viajes México-E.U. le conoció un director de casting de la “Century Fox” y lo contrató para grabar películas en Hollywood.
    Con 28 años y jornadas de estudio de ocho horas al día, a los siete meses aprendió inglés. La maestra, para su sorpresa, resultó ser una católica convencida que sembró en él la inquietud por buscar la verdadera felicidad. “Después de doce años de carrera, de lograr todos esos sueños que pensé me iban a dar la felicidad, de haber llegado de un pueblo chiquito a Hollywood, de hacer una película en inglés, de tener doce managers, publicistas, agentes, abogados, todo tipo de personas trabajando para mí para lanzar el próximo “latin lover, Don Juan, casanova”; y de pronto ¡confundido porque no era feliz! ¡Y claro: mexicano, católico practicante; según yo practicaba porque iba a misa una vez al año y traía un Rosario colgado!” Así narró hace poco el comienzo de su conversión a un grupo de jóvenes que le escuchamos pasmados.
    "Si amas tanto a Dios como dices –le dijo la maestra–, traes el Rosario, tienes una Virgen en tu casa, vas a misa una vez al año y crees que lo estás sirviendo, ¿por qué le insultas tanto?; ¿por qué rompes este mandamiento…? Desde ahí empezaron las lágrimas. Tres meses de llorar y llorar. Por la gracia de Dios me di cuenta de que estaba viviendo en una incoherencia total, contradicciones todo el tiempo. Así es que dejé todo: mis manager, mi carrera; fui a hablar con un sacerdote…”
    Fue tan fuerte la acción de la gracia de Dios que estuvo a punto de meterse en un seminario. Pero el consejo del sacerdote le impulsó a otra misión: fundar una productora de cine. “Allí donde está la oscuridad, ahí es donde debes estar porque si Dios cerró los ojos ahí necesitamos ser una luz en la oscuridad”, le subrayó el padre.
    Para colmo le dio un libro que le cambio la vida (“Roma, dulce hogar”): “Cuando cerré ese libro, hace tres años, empecé a asistir a misa todos los días. Ese libro me ayudó mucho a discernir: o es realmente Dios o no lo es. Y si sí es (que me quedó bien claro por la gracia de Dios que estaba actuando en ese momento) quiero estar ahí en ese momento todos los días del resto de mi vida.
    Me fui a un retiro como cinco días y ahí fue donde salió la idea de armar “Metanoia films”, porque la palabra metanoia, conversión en griego, era lo que estaba pasando. Dejar todo lo que en un momento pensé que iba a ser la felicidad para seguir a Dios y entregar mi vida completa a Dios, que yo creí que iba a ser en el seminario, como monje de clausura o algo así y Dios me la puso de manera diferente”.
    Pero no paró todo ahí. Con la productora lista, contratos jugosos rechazados, dispuesto a promocionar los valores, se empezaron a sentir las pruebas por la falta de dinero: Sabía que Dios lleva a los hombres a las aguas profundas no para ahogarlos sino para limpiarlos pero ¡ya nos andábamos ahogando!
    En noviembre de 2004, invitado por el amigo sacerdote, fue a Roma, saludo a Juan Pablo II y le presentó “Metanoia films”. Una semana después conoció a Sean, un católico que le compró parte de la compañía y le dio el dinero para hacer la película: “¡Justamente una semana después de haber conocido al Santo Padre! Para nosotros fue un milagro clarísimo”.
    Como la temática lo exigía, antes de iniciar el rodaje decidió ir a una clínica de abortos para platicar con alguna chica. “Cuando llegué empecé a ver a estas chavas entrando; niñas de 15 a 23 años, en su mayoría latinas… ¡No pude ni hablar! Obviamente ni decirles “Fíjate que estoy haciendo una película, me gustaría saber el dolor que traes para…” ¡No pude! Se me cerraron los labios y lo único que hice fue observar la gente que estaba fuera tratando de convencerlas con sus panfletos, con todo lo que les estaban platicando”
    Al final terminó hablando con una joven que le había reconocido. Se la llevó a otro sitio, y a platicar y platicar. Le enseñó un video pro vida, le regaló cosas, le habló de la belleza de ser portadora de una vida… Al final la joven se subió al auto de su marido y no aborto.
    Tras filmar la película, el esposo de la chica le habla y le pregunta si pueden llamar al niño: “Eduardo”. Verástegui fue al hospital, llevó sacerdote y bautizaron al niño. “Una de las excusas que tenían para abortar era que la niña anterior había salido con los ojitos un poco malos; el segundo hijo les salió con una burbuja en la cabeza y pensaron que el tercero también les iba a salir así y nada, gracias a Dios el tercero fue el que salió físicamente sano. Me quedó muy claro que fue la gracia de Dios y que a uno lo utiliza simplemente como un instrumento, pero ha sido la cosa más bella que he hecho en toda mi vida…”
    La idea de la película “Metanoia films” es salvar muchas vidas. Que cualquier chica embarazada que quiera abortar y vea la cinta, quede tocada en su corazón y cambie su decisión.
    La historia de Eduardo Verástegui es una de esas conversiones que reclaman examen de conciencia y exigen revisión de la propia vida. “¿Si el pudo, por qué yo no?”, se preguntarán muchos. La respuesta estará no en el fácil responder: “¡claro, es que el es famoso y yo no!”, sino en la actitud de correspondencia a la gracia que da Dios, al amor de Dios que es el mismo para todos. Cada uno actúa desde el puesto que le toca. Ninguno es innecesario porque en todo cuerpo tanto vale el corazón como el cerebro, la vista como el tacto. Todo depende del fruto que sepamos dar según el propio papel.

    Les pongo acá el link del trailer de la película BELLA, para que les de ganas de verla:

    www.bellathemovie.com

    Parte No.1

    Parte No.2

    Parte No.3

    Parte No.4

    Parte No.5

    PARTE No.6

    miércoles, 17 de septiembre de 2008

    EL CRISTIANISMO POWER POINT


    Este post lo encontré en el ANTRO DE JUANAN, y viene muy al caso porque cada día recibo más y más "power points religiosos"... con mis respectivas disculpas para todos aquellos que mandan estos mensajes, y con la también respectiva aclaración de que hay muchos muy buenos.


    Creo que los mensajes en cuestión en muchas ocasiones son excelente forma de llegar a otros, pero no se trata sólo de leerlos o repartirlos, sino de vivirlos. Y sobre todo, creo que no podemos vivir pensando que nos va a cael la Maldición Gitana si no se lo mandamos a "X" personas dentro de los próximos "X" minutos.


    Personalmente creo que nos hemos llegado a acostumbrar a que la religión es como una cosa de suerte, mágica... que Dios no nos quiere si algo sale mal, o nos está castigando por algo que hicimos o hizo alguien de nuestra familia.


    Dios no es "algo", es ALGUIEN, está allí en Persona. Solo nos pide que si le conocemos hablemos bien de El, y vivamos concecuentemente, y que si no le conocemos, que busquemos aprender.



    "Me fastidia mucho abrir mi correo electrónico y ver que tengo 342 mensajes no leídos, y que de ellos la mayoría son archivos de powerpoint de esos que mandan por ahí.


    Los powerpoints de internet pueden ser de muchísimas cosas... del Ché Guevara, de gatitos blanquitos retozando sobre el césped con una madeja de lana rosa, de la cantidad de hambre que hay en el mundo, de que hay que parar de una vez por todas la matanza de las focas, de los errores del Gobierno, de que hay que pararle los pies a ETA, de tests que te dicen que "esta noche tu verdadero amor se dará cuenta de que te quiere, manda este correo a por lo menos 50 personas en menos de media hora o un dinosaurio azul te devorará a las tres menos siete minutos de la noche, pásalo".


    En otros salen imágenes de la Pasión según Mel Gibson, que contienen mensajes religiosos. A mí personalmente los que más gracia me hacen son unos que circulan por ahí de imágenes graciosas, como el de la construcción en Portugal (salía por ejemplo una escalera que terminaba en el techo sin ningún hueco, o un edificio en obras cuyos balcones quedaban atravesados por una farola, que para no tener que quitarla dejaron los respectivos huecos en el forjado de cada planta) o el de las mujeres conductoras, más allá de cualquier tipo de machismo.


    Pero hoy vamos a hablar de los que tienen mensajes religiosos y pseudo-religiosos: El powerpoint es un medio de comunicación audiovisual y que por tanto contacta bastante bien con la forma de recibir la información que prefieren las personas en medio del siglo XXI. Le das un clic al botón y si tu conexión a Internet lo permite, en menos de un minuto la pantalla te salta en negro y sólo tienes que mirar las bonitas imágenes y leer lo que se te pone por delante. El mismo ordenador va pasando las diapositivas, sólo tienes que relajarte y escuchar la bonita música (preferentemente alguna versión súper edulcorada del Canon de Pachelbel, ya empalagoso de por sí).


    Antes se repartían panfletos. Ahoa se reparten powerpoints. La sociedad evoluciona. La única diferencia está en la presencia de la imagen. La Rosa Blanca repartió hasta seis panfletos contrarios al régimen nacionalsocialista en época de guerra, y los estudiantes de Múnich y las personas a las que se les mandaban los panfletos por correo arbitrario, las leían. Ahora cualquiera abre su correo electrónico y se encuentra con los archivos .pps. La imagen es fundamental, atraviesa los ojos y llega al entendimiento pasando muy fugazmente por el sentido crítico. Las carreteras y las calles están llenas de vallas publicitarias, los boletines informativos van siempre acompañados de imágenes en la televisión aunque no sean necesarias, los políticos se maquillan y miden más el tono de sus declamaciones que las ideas que en ellas promulgan, los productos de limpieza parecen batidos de fresa que cualquiera bebería con gusto y delante de nuestros sofás hay una constante avalancha de imágenes publicitarias.


    Hay quien aprovecha la fuerza de la imagen a través del powerpoint para predicar el Evangelio y darlo a conocer, idea en principio muy loable. No me avergüenza reconocer que algún powerpoint sobre la Pasión de nuestro Señor me ha saltado las lágrimas.


    El inconveniente comienza cuando la fuerza de la imagen puede con la fuerza del celo apostólico y el Evangelio se maquilla para hacerlo parecer más atractivo. A lo mejor las imágenes de la Pasión y los textos bíblicos se sustituyen por bonitos dibujos y pinturas de Jesucristo y por historias bonitas y tiernas. Otras veces las imágenes son niños negritos muriéndose de hambre y un montón de datos abrumadores, que le hacen pensar a uno que si de verdad somos cristianos deberíamos dejar de ir a Misa e irnos todos a las misiones de una vez por todas.


    Y el extremo, que a veces me hace querer vomitar pero no poder de la desgana son las imágenes de gatitos monísimos jugueteando con bolas de lana rosa sobre el césped con el fondo desenfocado, y mensajes ñoños y confusos sobre la paz, el amor, la vitamina C, que hay que ayudar a los demás y que Dios te bendiga, hermano.


    Bueno, cada uno hace lo que puede. Lo que de verdad me preocupa es que haya gente que se tome estos powerpoints en serio, porque se llevan una idea bastante equivocada de lo que es el cristianismo. Pero este crimen de descafeinar el cristianismo y hacerlo una religión simpática con una moral muy permisiva, exigencias facilonas o casi nulas por imposibles no sólo atañe a Internet, sino que lo he visto en comunidades cristianas de mi propia Archidiócesis. Son las que producen los contentos y despreocupados cristianitos de los que hablé.


    Es un cristianismo de baja exigencia, autoservicio, del que uno puede extraer las enseñanzas que más le gusten y desdeñar las que no le convezcan. La máxima es hay que ayudar a los demás" y "hay que compartir". Se mira con malos ojos a todo lo relacionado con la tradición y con el Magisterio de la Iglesia, porque no ofrece una imagen simpática, sino la cara de ogro prohibidor e inquisidor de la Edad Media que se sigue quedando con el dinero de los fieles.


    Enarbolando la bandera de la libertad de expresión y de pensamiento, se admite un relativismo de hecho según el cual "la opinión de la Iglesia" no es una autoridad doctrinal que transmite la tradición cristiana, sino una opinión más comparable a la opinión de cualquier fiel.Y lo más importante de todo, las obras de caridad. Una caridad mal entendida, pues en vez de ser un amor a Dios por los demás, es un amor a los demás por medio de Dios. La oración pasa a un muy segundo lugar, y la formación espiritual y el estudio serio de la Fe en la que creemos no son algo importante mientras demuestres mucho interés y muchas ganas de "cambiar el mundo".


    ¡Ay de nosotros si predicamos otra cosa que no sea el Evangelio puro y duro! ¡Ay de nosotros si creemos que nosotros tenemos el poder de hacer felices a los demás por nosotros mismos, de arreglar las injusticias sociales o de hacer el más mínimo bien a alguien si no es por Dios!


    Dios es nuestra única fuerza, es más, nosotros somos simples instrumentos de Dios. Es Él quien actúa, nosotros sólo debemos ser dóciles herramientas en sus manos.


    El cristianismo powepoint es un cinco pelao en todo, pero aceptado y querido como lo ideal. Es un cristianismo mediocre y conformista. Es un cristianismo que no tiene más profundidad que un archivo powerpoint de esos que hemos dicho antes: una cara amable pero una cabeza hueca, una simple careta que llega a confundir hasta al mismo actor."

    martes, 16 de septiembre de 2008

    DE ESCRITOR DE "TRHILLERS EROTICOS" A CRISTIANO


    Encontré esta increible historia en una página que se llama trovador.com, es la conversión de Joe Eszterhas, escritor de Hollywood que publicó un libro en el que narra su experiencia.

    La mayoría de las personas no experimentamos situaciones tan críticas, que nos lleven de golpe a darle un giro a nuestra vida, regularmente, Dios nos va poniendo pequeñas pruebas, pequeñas señales para que vayamos Metiéndole en nuestro día... y a algunos, tal vez porque son famosos, y tienen más acceso a los medios, como a este señor, les da la oportunidad de algo extraordinario, para que muchos nos enteremos y reflexionemos....


    Eszterhas se hizo millonario por escribir los guiones de películas taquilleras como Basic Instinct, Showgirls y Jagged Edge, todas conocidas por su explícito contenido sexual. Además fue editor de la revista Rolling Stone. El escritor, nacido en 1944, creció en campos de refugiados en Hungría después de la Segunda Guerra Mundial hasta que llegó con su familia a Cleveland, Estados Unidos. Trabajó como reportero de noticias policiales, cubriendo incontables tiroteos y peleas urbanas. En ese tiempo, sostiene que su vida era muy oscura, llena de muerte, asesinatos, crímenes y caos, lo que marcó su posterior carrera de guionista.

    En el verano del año 2001, Eszterhas fue diagnosticado con cáncer de garganta. Debió someterse a una delicada cirugía y recibió la orden médica de dejar el alcohol y el tabaco. Eszterhas tenía 56 años, siempre tuvo un estilo de vida alocado y sabía que cambiar sus hábitos no sería fácil. Un día, que Eszterhas describe como "infernalmente caluroso", estaba caminando por la calle cuando se dio cuenta que su vida había tocado fondo. "Me estaba volviendo loco. Estaba muy nervioso. Temblaba. No tenía paciencia para nada. Cada terminación nerviosa demandaba un trago y un cigarrillo", recuerda. Se sentó en el piso, comenzó a llorar y de repente comenzó a rezar. "Por favor, Dios, ayúdame", dijo. En ese momento, se dio cuenta de que no rezaba desde niño. "No podía creer lo que había dicho. No supe por qué lo había dicho. Nunca antes lo había dicho", recuerda. Inmediatamente, Eszterhas se sintió sobrecogido por un sentimiento de paz y se acabaron sus temblores. En ese momento, tal como le ocurrió a Saulo camino a Damasco, vio "una luz brillante, deslumbrante, casi cegadora que me hizo cubrir mis ojos con las manos".

    Para Eszterhas, esta experiencia fue determinante. Pasó de dudar sobre poder vivir sin tabaco ni alcohol, a saber que podía vencerse a sí mismo y triunfar. En ese momento comenzó su camino de regreso a la Iglesia pero el escándalo sexual que afectó duramente a los católicos en Estados Unidos se convirtió en un escollo para terminar su retorno. Por eso optó por asistir a servicios no denominacionales, pero finalmente se convenció de que no podía dejar de ser católico.

    "La Eucaristía y la presencia del cuerpo y sangre de Cristo está en mi mente y es una experiencia sobrecogedora. La Comunión es poderosa y es casi un sentimiento celestial", afirma. Aún ahora recibe ofertas para escribir guiones sobre temas siniestros. Sin embargo, asegura que ha "gastado mucha vida explorando el lado oscuro de la humanidad y no quiero regresar a eso nunca más". "Mi vida cambió desde que Dios entró a mi corazón. No me interesa la oscuridad. Tengo cuatro hijos hermosos, una esposa a la que adoro, adoro estar vivo y gozo de cada momento de mi vida. Mi visión se ha iluminado y no quiero regresar a ese lugar oscuro".
    En el último año, los médicos le dieron de alta y asegura que ha vencido al cáncer gracias a lo que él considera un milagro. Éste es el motivo por el cual escribió su nuevo libro titulado "Crossbearer: A memoir of faith" (Portador de Cruz: Un recuerdo de fe), para dar gracias a Dios y contarle al mundo lo que Él hizo en su vida.

    domingo, 14 de septiembre de 2008

    ¡VIVA GUATE!




    Estamos en el mes de la Patria. Este 15 de septiembre se celebra la Independencia en nuestra querida Guatemala.

    Siempre he visto con admiración el patriotismo de la gente de otros países como México o Argentina, por ejemplo. Son tan orgullosos de de lo suyo que a veces incluso nos parecen, hasta cierto punto un poco “pesados” o “creídos”. A la gente de otros países le da orgullo pertenecer a SU cultura, se sienten grandes cuando se elogia su forma de hablar o sus lugares turísticos. Se sienten orgullosos de hablar de cierta manera, o de tener un modo particular de vestir, y no digamos de la manera de cocinar.


    En Guatemala no siempre pasa esto…. No todos estamos orgullosos de nuestro país. Con constante regularidad aspiramos los bienes culturales, económicos o políticos de otros lados “más desarrollados” del Primer Mundo.

    Con qué frecuencia vivimos costumbres o tradiciones de otros países… Hasta cierto punto nos da vergüenza pertenecer a esta cultura, muchos hacemos chiste o burla de lo local, y nos vanagloriamos de comprar todo “en los Estados”.

    Aquí lo bueno nunca es de aquí, y si algo de aquí está bueno, nos asombramos……


    Dice don Enrique Monasterio en su libro “Un safari en mi pasillo” que “Ser patriota es amar con pasión –y por este orden- a los padres, a la familia, al pueblo, a la patria chica, a la patria grande, y, en definitiva, al mundo entero, que también se reconoce como patria. Se trata de un amor centrífugo, expansivo, que no desprecia a nadie ni se acompleja ante nadie; que no divide ni separa, que a nadie ofende ni molesta.(…) Amar las propias raíces es crecer, salir de uno mismo para dar fruto; es hacer que las ramas se vuelvan alas y volar lejos (…) el patriotismo, como todos los amores, es difusivo, contagioso y alegre; enriquece a quien lo tiene y a quien lo ve en los demás.”

    Lo reconozco, hay mucho de mi Guate que no me gusta, y he deseado en mas de una ocasión irme lejos, vivir en otro lado (que igual lo haría si tuviera que hacerlo), pero hay mucho de lo que no me gusta que puede comenzar a cambiar si yo cambio, si cambia mi familia, y luego como piedrita que cae en el agua, va cambiando los círculos alrededor de nuestro cambio…. No nos podemos limitar a criticar a quien nos gobierna, comencemos por nosotros, por nuestros hijos por nuestra familia, Guatemala necesita que su gente cambie... algunas ideas:

    1. No compremos películas ni música piratas, ni las “bajemos” de Internet. La PIRATERIA es robar!

    2. Paguemos nuestros impuestos, lo que hágan con ellos ya no es nuestra responsabilidad.

    3. No elogiemos a quienes se han hecho ricos de la noche a la mañana, con negocios turbios… lo valioso SIEMPRE requiere más esfuerzo.

    4. No tiremos basura en la calle, y si puede recicle: con solo separar la basura en casa ya le estamos dando la oportunidad de llegar a un centro de reciclaje.

    5. Seamos puntuales, y enseñemos a nuestros hijos a serlo. El tiempo es el recurso más caro que tenemos y es imposible reponerlo.

    6. Leamos más… que la lectura sea un hábito y además motivo de orgullo.

    7. No demos “mordidas”, no compremos las licencias de conducir de nuestros hijos, ni pidamos certificados médicos sin pasar el examen.

    8. Respetemos a todos, pero especialmente a los mayores, a los enfermos y a las mujeres embarazadas… Cediendo un lugar, respetando los parqueos y los asientos reservados para ellos.

    9. No toleremos la mediocridad, hasta las tareas más pequeñas se deben hacer con la mayor perfección de que seamos capaces.

    ¡Su imaginación es el límite!


    Aquí dejo una página para que los que no conocen mucho Guatemala se den una pasadita por este lindo país, y los que sí conocemos nos recordemos de todo lo lindo que tiene nuestra tierra.


    No hay presidente que pueda hacer nada con Guatemala si los guatemaltecos somos los mismos. Comencemos con nuestra familia, con nosotros mismos… Seamos buenos ciudadanos, orgullosos de nuestro país, de nuestra cultura, ¡VIVA GUATE!

    jueves, 11 de septiembre de 2008

    5 REGLAS DE ORO PARA TRATAR A LOS HIJOS ADOLECENTES

    ....y a los preadolecentes también... ¡que complicado se vuelve ser papás! Era más sencillo cuando sólo había que cambiar pañales y preocuparse por los cólicos.... ¡y aunque a veces parece que cominzo a entender por qué algunas especies animales se comen a sus crías, no cambio esta aventura por NADA!!!






    Andrés Barba
    http://www.mujernueva.org/

    Muchos padres se quejan al llegar la adolescencia de la dificultad de comunicación con sus hijos. En esa época de la vida no basta que queramos comunicarnos, es necesario que ellos también lo deseen. La comunicación positiva es un intercambio de sentimientos, hay padres que se limitan al simple interrogatorio, lo que da lugar a respuestas - si las hay - monosilábicas.


    El breve documento adjunto trata de cinco reglas sencillas, basadas en la experiencia cotidiana de muchas familias, que pueden ayudar en la comunicación con hijos adolescentes.



    1.- Darles oportunidad de ser responsables, delegándole responsabilidades.
    Para eso tienen que saber que se confía en ellos y les consideramos capaces. La mejor forma de que aprendan lecciones es enseñarlas a otros, por eso es tan eficaz el que se haga responsable, por ejemplo, del cuidado de un hermano pequeño, en ausencia de sus padres o el que le explique una materia en la que necesita ayuda. También en múltiples gestiones personales que pueden hacer por sí mismo en lugar de los padres.



    2. Hágalo partícipe de las conversaciones y preocupaciones de la familia.
    Cuántas veces se oye esta queja por parte de los chavales: ¡Es que en mi casa no me cuentan nada! ¡Me entero por otras personas y me cae fatal!

    A veces, por miedo a que no sufran no les comunicamos una adversidad familiar, hablamos entre nosotros y nos callamos cuando entra en la habitación: un problema económico, la enfermedad de un pariente cercano, etc. Ante esta postura, el adolescente puede imaginarse que algo terrible está pasando, incluso exagerar en su cabeza dada a la fantasía las circunstancias, y lo que es peor, creer que son demasiado insignificantes como para que sus padres les tengan confianza. Se les debe informar para que se involucren, colaborando - si pueden hacer algo - o rezando para que el problema se solucione.

    Estas muestras de confianza nunca caen en saco roto, pues al comunicárselas los consideramos personas dignas de nuestra confianza, y ellos se considerarán adultos y dignos de la confianza de sus padres.



    3.- De aquí se podría deducir otra regla Comuniquemos a nuestros hijos cómo nos sentimos.
    Escuchar a los hijos sus opiniones, sentimientos, alegrías y dificultades constituye sólo un aspecto de la comunicación. También tenemos el derecho y la libertad para expresarles nuestros propios sentimientos y ser oídos: alegrías, cansancio, una buena o mala jornada laboral, etc.

    Esta dualidad en la comunicación es imprescindible para lograr la confianza del adolescente porque constituye el verdadero diálogo.

    No vamos a perder nuestro prestigio como padres cuando nuestros hijos aprendan a vernos como personas que se cansan y tienen buenos o malos momentos; es más es con esa persona con las que querrán comunicarse no con el padre o la madre ideal o perfectos porque sencillamente no existe.

    La obediencia está muy relacionada con el cariño y el cariño se fomenta con el conocimiento real de una persona. Un adolescente que quiere a sus padres puede desobedecerles, pero se sentirá muy mal al hacerlo, el cariño a sus padres hará que él mismo se proponga rectificar.



    4.- Otra regla importante es No dejar de exigirles en el plano moral y social.
    Ante una mentira manifiesta, el hurto - coger dinero sin permiso - la incorrección ante otras personas de sus modales o faltas de respeto a algún miembro familiar - incluido el propio servicio - no deben ser nunca pasadas por alto.

    No basta pedir perdón, a veces creen solucionado el problema, sino compensar con un detalle su falta.

    En este tipo de conducta ser inflexibles, porque el adolescente necesita de esta exigencia, si ante una conducta de este tipo la pasamos por alto la traducirá como indiferencia o que no nos importa.



    5.- La formación de un frente unido.
    En todas las edades, pero aún más en la adolescencia, es importante el hecho de que los hijos vean que padre y madre van en la misma línea de exigencia. Es importante la formación de un frente unido para la batalla, sobre todo en las cuestiones que considemos importante que obedezcan, y eso nos toca a nosotros decidirlo a lo mejor con papel y lápiz.

    Estas normas de obligado cumplimiento hay que delimitarlas bien para no quemarse ni gastar cartuchos en balde. Para un adolescente unos pantalones vaqueros gastados y un jersey puede ser su vestidura más usual y querida, conforme al grupo con el que se relaciona, otro tanto sucede con el pelo. Una actitud impositiva o sancionadora en estos casos puede ser contraproducente. Lo que no equivale a aceptar tales cosas. Se debe exigir limpieza, eso sí creo que es importante.

    Las normas en las que tenemos que exigir obediencia debe ir, en mi opinión, hacia temas más transcendentales como por ej. la hora de llegada a casa, el no ir a dormir a casa de los amigos, etc., eso tenéis que decidirlo entre padre y madre y tratarlo muy claramente con el hijo.

    En estas cosas si es muy necesario el frente unido que antes comentaba. No nos encontremos en la situación en la que uno tenga que ser "el malo" mientras que el otro sea siempre "el bueno".

    Los hijos aprenden muy pronto la divisa "divide y vencerás"; También saben distinguir muy bien cual de las partes, ese día, está agotado y -al no tener ganas de pelea tiende por el camino más fácil, que es ceder a su petición- con lo cual a la opinión contraria la pone en una situación conflictiva.

    miércoles, 10 de septiembre de 2008

    EL ORDEN Y LA PEREZA ACTIVA


    Encontré este artículo y me pareció que me lo escribieron a mi... cómo cuensta organizar el tiempo para hacer lo URGENTE sin descuidar lo IMPORTANTE...

    Alfonso Aguiló


    Lee Iacocca, aquel legendario empresario norteamericano que fue primer ejecutivo de la Ford y que años después lograría un espectacular reflotamiento en la Chrysler, explicaba así su experiencia de varias décadas al frente de grandes multinacionales:
    «No puedo menos que asombrarme ante el gran número de personas que, al parecer, no son dueños de su agenda. A lo largo de estos años se me han acercado muchas veces altos ejecutivos de la empresa para confesarme con un mal disimulado orgullo: "Fíjese, el año pasado tuve tal acumulación de trabajo que no pude ni tomarme unas vacaciones".
    »Al escucharles, siempre pienso lo mismo. No me parece que eso deba ser en absoluto motivo de presunción. Tengo que contenerme para no contestarles: "¿Serás idiota? Pretendes hacerme creer que puedes asumir la responsabilidad de un proyecto de ochenta millones de dólares si eres incapaz de encontrar dos semanas al año para pasarlas con tu familia y descansar un poco?".»
    Imprimir un ritmo ordenado a la vida, ser dueños del propio tiempo y de la agenda, tener un claro orden de prioridades en lo que hemos de hacer..., son premisas básicas para la eficacia en cualquier trabajo.
    ¿También para educar? Pienso que sí, por dos razones. La primera, porque educar exige tiempo y, por tanto, orden para sacar partido al tiempo que tenemos, que es limitado. Y la segunda, porque el orden es una virtud muy importante en la configuración del carácter de los hijos.
    Cuando no hay orden en la cabeza, acabamos siempre por elegir lo que más nos apetece, o aquello que parece urgentísimo pero que resulta que no es lo que tenemos que hacer en ese momento. Muchas veces, los agobios por falta de tiempo son más bien agobios por falta de orden.
    Es evidente que no se puede llegar a hacer en la vida todo lo que uno quisiera, porque no hay tiempo. El problema es por dónde se recorta, y esa decisión no la debe tomar el capricho.
    Hay personas que despliegan una febril actividad, que van y vienen de un lado a otro a toda velocidad, suben, bajan, hablan por teléfono, hacen mil cosas a la vez y no acaban ninguna, sus múltiples y poco claras ocupaciones les hacen llegar tarde a todo y con una gran sensación de prisa. Son auténticos ejecutivos pero que luego no ejecutan casi nada útil.
    Parecen gente esforzada, pero muchas veces no es esfuerzo sino sólo su caricatura. Porque casi siempre casualmente ese desorden les lleva a elegir la tarea que en ese momento menos les cuesta. En el fondo son bastante perezosos.
    La pereza ordinaria es simple apatía y dejadez. Esta otra forma de pereza, que por activa no es menos corriente, resulta en cambio algo más difícil de advertir. Pero hay infinidad de hombres perezosos que no paran de trabajar y de moverse.
    Hacen cosas constantemente, pero no las que deberían hacer.
    ¿Cómo aplicar esas ideas a la familia? La pereza activa puede hacer estragos en tu hijo estudiante que no termina de comprender que más vale estudiar intensamente tres horas y luego descansar otras tres haciendo deporte, escuchando música o saliendo con sus amigos, en vez de pasarse las seis horas intentando conjugar lo uno y lo otro para al final dejarlo todo a medio hacer y con una clara sensación de descontento (y habiendo sufrido más que si hubiera estado estudiando intensamente todo ese tiempo).
    Es también pereza activa cuando un padre o una madre de familia no cesan de ir de un lado a otro cuando quizá deberían estar en casa con su cónyuge y sus hijos. O cuando se entretienen sin verdadera necesidad en el trabajo y abandonan otras obligaciones que (casualmente de nuevo) le resultan menos agradables. O cuando se lanzan a hacer cualquier cosa que se les cruza por la cabeza sin ponderar su oportunidad.
    Se trata de la común tentación de hacer lo urgente antes que lo importante, lo fácil antes que lo difícil, lo que se termina pronto antes que lo que requiere un esfuerzo continuado.
    El orden es una virtud que depende mucho de la forma de funcionar de la familia y del colegio, y a la que desgraciadamente no siempre se le da la importancia que tiene.
    Los padres y los profesores deben exigir que los chicos sean cumplidores, que tengan orden, un orden razonable. Serva ordinem et ordo te servabit, decían los antiguos: guarda el orden y el orden te guardará a ti.
    Un detalle muy formativo de la virtud del orden, por ejemplo, es la puntualidad: enseñar a los hijos a valorar el tiempo de los demás al menos tanto como el propio; que les preocupe si han hecho perder el tiempo a otros por sus olvidos o su desorden.

    viernes, 5 de septiembre de 2008

    NO TE OLVIDES DE LO PRINCIPAL

    Alfonso Aguiló
    www.interrogantes.net



    Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos pasaba delante de una caverna y escuchó una voz misteriosa que desde dentro le decía: "Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Y recuerda que, después de que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por tanto, aprovecha la oportunidad, pero te repito: no olvides lo principal."

    La mujer entró en la caverna y vio que estaba llena de inmensas riquezas. Fascinada por el oro y las joyas, que con seguridad la sacarían de su sufrida pobreza, dejó al niño en el suelo y empezó a juntar, ansiosamente, todo lo que podía caber en su raído delantal.

    La voz misteriosa habló nuevamente: "Te queda sólo un minuto." Agotado ese tiempo, la mujer cargada de oro y piedras preciosas corrió hacía fuera y la puerta se cerró. Recordó entonces que el niño había quedado dentro y la puerta se había cerrado para siempre. La riqueza duró poco, pero la tristeza se quedó para siempre en su alma.

    El relato es sencillo, pero su enseñanza puede ser aprovechable. Porque, aunque todos solemos tener principios claros, es fácil que luego, con demasiada frecuencia, nos ocurra algo parecido a lo que sucedió a aquella pobre mujer. Tenemos quizá todavía muchos años de vida por delante, y aunque a veces una voz interior nos lo advierte, hay cosas importantes que solemos dejar siempre para después, porque hay otras que nos absorben o nos distraen de tal modo que, a la hora de la verdad diaria de la vida, nos hacen olvidar lo principal.

    El descuido habitual de la vida familiar, o de detalles que afectan a nuestra salud o a la salud de nuestro espíritu, o a la necesaria dedicación a nuestros deberes profesionales o sociales, son posibles ejemplos. Suelen ser pequeñas cosas, que se presentan quizá como tareas que no acucian a corto plazo, pero que, con el tiempo, encontramos que nos han llevado a donde no queríamos ir. Nos cuesta advertir que descuidamos lo más grande que tenemos: nuestra honestidad, nuestra familia, la vocación a la que nos sentimos llamados, nuestros deseos de ayudar a los demás. Y como son realidades con las que convivimos cada día, no advertimos que son precisamente lo que vertebra y da sentido a nuestra vida, y que perderlo es una verdadera tragedia.

    Encontrarse un día con que carecemos de cultura, o que hemos abandonado la práctica religiosa por simple dejadez, o que hemos dilapidado tontamente el cariño de nuestro marido o nuestra mujer, son cosas tristes que hemos de ver venir antes de que nos envuelvan y nos enreden. Quizá, por ejemplo, parece que tener un hijo más es una carga, pero luego, pasados los años, se ve de otra manera. O cuesta advertir que empeñarse en alcanzar determinado logro profesional a costa de la familia, de la honradez o de la lealtad, es algo que no merece la pena.

    Vistas sin la necesaria profundidad, las cosas importantes pueden parecernos a veces insulsas y prosaicas, o hasta ridículas, pero dedicarles la energía y el tiempo necesarios es la mejor inversión de toda una vida, un esfuerzo que transforma a las personas y las engrandece. Por eso es preciso levantar la mirada hacia el largo plazo de las consecuencias de nuestras decisiones.

    Y en todo caso, como al final tomamos siempre algunas decisiones equivocadas, que el tiempo se encarga de hacernos ver de forma meridiana, también es importante en esos momentos centrarse en lo importante: asumir esos errores y no horadar en ellos, rectificar en lo posible, sacar experiencia y no echar las culpas a los demás.

    miércoles, 3 de septiembre de 2008

    DISFRUTA TU CAFE...


    Este me lo mandó una amiga...


    Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor.


    Pronto la charla devino en quejas acerca del interminable "stress" que les producía el trabajo y la vida en general.


    El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una selección de tazas de lo más selecta: de porcelana, plástico, vidrio, cristal -unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas...


    Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco del café recién preparado.Cuando lo hubieron hecho, el viejo maestro se aclaró la garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo:
    -'Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas se terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que cada quien prefiere lo mejor para sí mismo.Ésa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al stress.'
    Continuó:

    -'Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café. En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos.


    Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Después se pusieron a mirar las tazas de los demás. Ahora piensen en esto: La vida es el café. Los trabajos, el dinero, la posición social, etc. son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos. A menudo, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café.¡Disfruten su café!


    La gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo sino la que hace lo mejor con lo que tiene; así pues, recuérdenlo:


    * Vivan de manera sencilla


    * Tengan paz


    * Amen y actúen generosamente


    * Sean solidarios y solícitos


    * Hablen con amabilidad


    El resto déjenselo a Dios. Y recuerden que: la persona más rica no es la que tiene más sino la que necesita menos .....DISFRUTA TU CAFÉ ...

    martes, 2 de septiembre de 2008

    COMO HACER DE TU HIJO UN DELINCUENTE


    Me pasaron un POWER POINT que me pareció interesante que los padres tomemos en cuenta...

    ¡Cómo cuesta ser buenos padres!, pero con la ayuda de Dios, y buenos concejos como estos, seguro vamos por buen camino...

    Muchos padres temen castigar y reprender a sus hijos por temor a que el chico llore o se ponga triste. De esta manera muchos niños crecen sin norma de ningún tipo y se comportan de la misma manera en la sociedad.

    Muchos comportamientos delictivos tienen su base en la blandura de unos padres que no supieron educar. La Dirección General de la Policía de Seattle (Washington)
    publicó un escrito, cuyo título he puesto como cabecera. Dice así:


    Si quieres hacer de tu hijo un "delincuente":

    1. Dale desde la infancia todo lo que quiera: Así llegará a mayor, convencido de que el mundo entero le debe todo.

    2. Si dice tonterías, ríete, así creerá que es un gracioso.


    3. No le des ninguna formación espiritual: Cuando sea mayor de edad, ya escogerá.


    4. No le digas nunca: Eso está mal. Podría crearse complejos de culpa. Y más tarde,
    cuando, por ejemplo sea arrestado por robar un coche, estará convencido de que
    es la sociedad quien le persigue.

    5. Recoge todo lo que él tira por los suelos. Así se convencerá de que todos están a su servicio.

    6. Dejale leer todo: Desinfectad su vajilla, pero dejad que su espíritu se recree en cualquier torpeza.


    7. Discute siempre delante de él. Cuando su familia esté destrozada, él no se dará por enterado.

    8. Dale todo el dinero que quiera. Así ni siquiera sospechará que debe trabajar para poder disponer de dinero.

    9. Que todos sus deseos estén satisfechos. ¡De otro modo resultará un frustrado!


    10. Dale siempre la razón: Así creerá que los profesores, la gente y la ley le están siempre deseando el mal.


    ...Y cuando haya llegado a ser un verdadero desastre: Proclama a todos los vientos que no lo entiendes, que le diste TODO.... Te habrás preparado una vida de dolores. ¡Y seguramente los tendrás.!