viernes, 31 de julio de 2009

APRENDIENDO A VIVIR....

Hay un período en el que los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos; es que ellos crecen independientemente de nosotros, como árboles murmurantes y pájaros imprudentes.

Crecen sin pedir permiso a la vida, con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia.


Pero NO crecen todos los días; crecen de repente.


Un día, se sientan cerca y con increíble naturalidad, te dicen cualquier cosa que te indica que esa criatura, hasta ayer en pañales y pasitos temblorosos e inseguros..., creció.

¿Cuándo creció que no lo percibiste?. ¿Dónde quedaron las fiestas infantiles, los juegos en la arena, los cumpleaños con payasos?.

Crecieron en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.

Ahora estas ahí, en la puerta de la disco, esperando ansioso, no sólo que no crezca, sino que aparezca... Allí están muchos padres al volante, esperando que salgan zumbando sobre patines, con sus pelos largos y sueltos. Y allí están nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas; en las esquinas, con el uniforme de su generación y sus incómodas mochilas en la espalda.




Y aquí estamos nosotros, con el pelo cano...

Y son nuestros hijos; los que amamos a pesar de los golpes de los vientos, de las escasas cosechas de paz, de las malas noticias y las dictaduras de las horas. Ellos crecieron observando y aprendiendocon nuestros errores y nuestros aciertos; principalmente con los errores que esperamos no repitan...

Hay un período en que los padres vamos quedando huérfanos de hijos...; ya no los buscamos en las puertas de las discotecas y los cines. Pasó el tiempo del piano, el fútbol, el ballet, lanatación... Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.


Algunos, deberíamos haber ido más junto a sucama, a la noche, para oír su alma respirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia; y cuando fueron adolescentes, a los cubrecamas de aquellas piezas cubiertas decalcomanías, pósters, agendas coloridas y discos ensordecedores.

Pero crecieron sin que agotáramos con ellos todo nuestro afecto. Al principio nos acompañaban al campo, a la playa, a piscinas y reuniones de conocidos; Navidad y Pascuas compartidas. Y había peleas en el auto por la ventana, los pedidos de chicles y la músicade moda. Después llegó el tiempo en que viajar con los padres se transformó en esfuerzo y sufrimiento: no podían dejar a sus amigos ya sus primeros amores.


Y quedamos los padres exiliados de los hijos. Teníamos la soledad que siempre habíamos deseado... Y nos llegó el momento en que sólo miramos de lejos, algunos, en silencio, y esperamos que elijan bien en la búsqueda de la felicidad y conquisten el mundo del modo menos complejo posible.


El secreto es esperar... En cualquier momento nos darán nietos. El nieto es la hora del cariño ocioso y la picardía no ejercida en los propios hijos; por eso los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tan incontrolable cariño. Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto.



Por eso es necesario hacer algunas cosas adicionales, antes de que nuestros hijos crezcan.

Así es: las personas sólo aprendemos a ser hijos, después de ser padres y sólo aprendemos a ser padres, después de ser abuelos...

En fin, pareciera que sólo aprendemos a vivir, después de que la vida se nos pasó...

jueves, 30 de julio de 2009

PARA PENSAR POR LIBRE 3

Por D. Enrique Monasterio



Elenco de idólatras


Desde esta perspectiva, y en sentido amplio, cualquier pecado es una forma de idolatría, ya que el no al Señor, que toda ofensa grave comporta, es necesariamente un sí a algo creado, a algún que otro becerro incompatible con el amor a Dios.

Esto es lo que viene a decir San Pablo. El Apóstol contempla el mundo romano con sus enormes contrastes: sus logros en el orden material e intelectual y sus miserias morales. Y escribe: ...conocían a Dios, pero no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se ofuscaron en sus vanos razonamientos y se oscureció su insensato corazón. Presumiendo de sabios, se hicieron estúpidos, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen semejante a la del hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles. Estos eran, por lo visto, los ídolos de moda. Pero entonces como ahora, también había otros fetiches a quienes se adoraba con la misma estúpida unción: el sexo, el poder, el dinero, el prestigio... A lo mejor piensan que exagero, que nadie considera "dioses" a estas cosas. Es cierto; pero hemos quedado en que tampoco los judíos del Sinaí creían en serio en la divinidad de su becerro. En todo caso, permitanme que continúe exagerando un poco. Luego se lo piensan, y quizá alguno me dé la razón.



Idolatrías de moda
San Pablo decía que "presumiendo de sabios, se hicieron estúpidos". El fenómeno de idiotización continúa. La huida de Dios sigue afectando a la inteligencia humana. He aquí algunos ejemplos:




*Los adoradores del sexo (podríamos llamarlos “sexólatras”). No me refiero sólo a los adictos, que bastante desgracia tienen, y a la enorme tropa de obsesos que nos rodea. Hablo más bien de esos otros que, para disimular sus complejos, engolan la voz, se calan las gafas, inventan una jerga más o menos críptica, y pretenden convertir el sexo o, mejor dicho, el placer genital, (que el sexo es mucho más grande) en ciencia, en arte, en mística, en expresión máxima de felicidad, en símbolo de liberación y en aspiración suprema del hombre. Están de psiquiatra. Me pregunto si sabrán pensar en otra cosa.





*Los componentes de las tribus racistas. Ya los conocéis: van por la vida enseñando músculo y marcando el paso. Su ídolo predilecto suele ser el espejo; se transponen ante el azul de unos ojos y ante una melena rubia. Pero son buenos chicos: ladran en tres idiomas, y hacen mucho deporte; sobre todo, defensa personal y leña al negro.



*Los idólatras del dinero. ¡Es sagrado!, aseguran. Y, por el, pierden la salud, la dignidad y el tiempo. Del trabajo, sólo les importa el sueldo, no el servicio que puedan prestar a los demás. Ricos o pobres, sólo tienen un tema de conversación: el billete. Su corazón está bien acorazado, y emite el sonido inconfundible de una calculadora.



*Y podríamos seguir con los adoradores del poder, que viven, sufren, se despedazan y mueren por el gustirrinín del mando;


*los coleccionistas de placeres, gastrónomos de todas las sensaciones, que entran en éxtasis ante un vino super reserva 1960 del Marqués de Gruñón, y en el fondo son sólo unos pobres cursis... Y así sucesivamente.



Ídolos de tercera.
Sigamos bajando de nivel, y exageremos un poco más. Por supuesto, no quiero decir que los que a continuación enumero caigan, de verdad, en el pecado de idolatría. Pero reconozcamos al menos que el fenómeno es parecido:
*los teleadictos, permanentemente disecados ante la pantalla con el mando a distancia en sus manos, que es el símbolo del poder en el hogar. Llegará el día en que, al pasar por delante de la tele, harán genuflexión.

*los histéricos del rock, que, para expresar su entusiasmo en un concierto, o simplemente ante la presencia del cantante de turno, chillan como jabalíes malheridos, se muerden los puños, cierran los ojos con pasión y sufren espasmos musculares de carácter epiléptico.
*los ultras del Madrid, del Athletic, del Barça, del Rayo o del Trueno, que utilizan el deporte como escurridero de todas sus bajezas, y adoran a su equipo sólo la mitad de lo que odian al contrario.
*Y por último, los adoradores del motor de explosión, que merecerían un capítulo aparte, porque son multitud. Es más, me temo que todos estemos contagiados por la epidemia. ¡El coche! Este es el gran ídolo, un fascinante becerro de chapa y pintura, con cilindros y tubo de escape, y con algunas cosas más que casi nadie entiende, pero que los vendedores describen con acariciadores y misteriosos términos.

¡El coche! Los anuncios de la tele lo hacen nacer como a un dios pagano: en el cráter de un volcán, mientras suenan los primeros acordes de "Así habló Zaratustra", que siempre ha sido un fondo musical la mar de resultón. Inmediatamente una voz profunda y grave lo califica de “salvaje, poderoso, bestia llena de belleza, agresivo, veloz como el huracán y suave como la brisa". A continuación vemos cómo la divina máquina sobrevuela una multitud de fieles adoradores que aplauden furiosamente Y cuando termina la publicidad y empieza, lo de siempre, un concurso, aplaudiremos también nosotros llenos de entusiasmo al comprobar que a la pareja de turno les ha correspondido..., ¡este coooche! Y saltan, se abrazan, lloran de entusiasmo; y él (casi siempre él) penetra en el sancta sanctorum, agarra los mandos, Y siente la emoción de incorporar a su cuerpo un esqueleto externo de 160 caballos, con airbag, cierre centralizado, frenos de disco, aire acondicionado y llantas de aluminio. A partir de ese momento, el feliz propietario no hablará de la máquina como de un objeto más, sino que la incorporará a su organismo como se incorpora una prótesis dental, un marcapasos o un implante de cabello. Las averías del vehículo serán lesiones o enfermedades propias. Su mecánico será tan importante como su médico de cabecera. Y le dirá:Doctor, me patina el clutch, me rasca la tercera, me han abollado una lodera. ¿Habrá que operar? Empleará la bocina como una nueva laringe para avisar, reñir, quejarse, protestar, saludar o cantar. Gruñirá detenido ante el semáforo en rojo accionando el pedal del acelerador, para impresionar con el carraspeo de sus cuatro cilindros en línea; hará guiños con los faros..., se declarará a su novia desplegando las mil habilidades de la computadora de a bordo. Y cuando alguien se atreva a rozar su cáscara metalizada, se deprimirá o montará en cólera, como si le estuviesen arrancando el pellejo a tiras.
Francamente, si los adoradores del becerro levantaran la cabeza, seguro que dirían que lo suyo no fue tan grave.

martes, 28 de julio de 2009

PARA PENSAR POR LIBRE 2 (Por D. Enrique Monasterio)


¿QUE DICE LA FE?

(El jueves pasado hablabamos de las supersticiones)


La fe, paradójicamente, nos dice que hemos de ser mucho más incrédulos que esos agnósticos. “No habrá para ti otros dioses delante de mí”, enseña la Sagrada Escritura. Hay que creer en Dios y sólo en Dios. Sólo el Señor es objeto de fe, de esperanza, de amor y de adoración.


Creer ‘’demasiado” (en demasiadas cosas) es tan ofensivo para Dios como abandonar la fe. Ser supersticioso “por si acaso” es tan tonto como no serlo “porque trae mala suerte”.


Al llegar a este punto, sólo me queda hacer un elenco de pecados, tan antiguos como el hombre, pero que vuelven con ímpetu renovado y empiezan a sonar a nuevo. No tendré más remedio que hablar de ellos, aunque sea un poco:

La idolatría. ¿Os acordáis la historia del becerro de oro? Hablaremos de otros becerros y de algunos borregos.

El espiritismo, ese extraño juego que inventaron hace un siglo las hermanas Fox, y que ha contribuido a fomentar la histeria entre la población civil.

El satanismo, con todas sus secuelas aun más peligrosas, porque el demonio existe, aunque no se dedique a meter miedo a los niños ni a hacer numeritos pirotécnicos con efectos especiales.

La magia (y, por supuesto, no me refiero a la de Tamariz).

la superstición en general: la epidemia de los amuletos; los gafes, etc.


Estoy seguro de que, para la mayoría de ustedes, todo esto os suena un poco a broma. Y me alegro. La fe contribuye muy eficazmente a conservar el equilibrio mental y a no perder el sentido común. Por el contrario, alejarse de Dios lleva con frecuencia a adoptar ritos, creencias, y manías (a lo mejor sólo son eso, manías), que en el mejor de los casos dan risa.


Por eso, hacer apostolado, recristianizar el ambiente es también ir atornillando cabezas a nuestro alrededor; y, aunque quizá no tenga mucha importancia, olvidarse del zodíaco y de sus signos, descolgar la herradura de la puerta y ponérsela en los borceguíes a algún que otro supersticioso, tirar la pata de conejo, y, en lugar de llevar al cuello un colmillo de gorila, ponerse una medalla escapulario, que es infinitamente más útil.


Y si te pasa como a Nacho, que una niña te dice eso de ‘’yo soy Escorpio, ¿y tú?” Le contestas: “Yo, Felipe “.

Dioses, becerros y borregos
Me lo contó hace años don Justo Luis que, además de sacerdote, es pintor, filósofo, escritor, poeta y muchas cosas más, y acababa de regresar de Roma con un grupo de estudiantes valencianos; estuvimos en el Campidoglio... comenzó desolado. Imagínate: la plaza más perfecta del mundo. Empecé a explicársela..., y ya llevaba hablando un buen rato cuando volví la cabeza un segundo para ver si mis palabras encontraban eco en los chavales. Estaba solo: los que me acompañaban se habían quedado atrás y rodeaban a una potente moto japonesa al pie de la escalinata...Justo parecía verdaderamente abatido. Y más cuando vio que yo me lo tomaba a broma. No sé de qué te ríes. Bajé indignado a buscarlos, y uno, al verme, me dijo “¡don Justo, fíjese qué moto más bestial!” No creo que Moisés se sintiera peor que yo cuando descendió del Sinaí con las Tablas de la Ley y se encontró a su pueblo adorando al becerro de oro. ¡Hombre, Justo, tampoco te pases...!


Pero regresando al tema; ocurre, sin embargo, que el hombre necesita de Dios. Lo busca siempre, incluso sin saberlo, con todo su ser, porque hemos sido pensados para amar en serio, es decir, para entregarnos. "La monedica del alma, escribió Machado, se pierde si no se da. ¿Y quién sino Dios es digno de recibir esa moneda, entera y para siempre? Ese sometimiento pleno es lo que llamamos adoración. Y es, más que un deber, una exigencia de la naturaleza creada. De ahí que, cuando el hombre no encuentra o rechaza al Dios verdadero, único ser adorable, se busque un sucedáneo, un sustituto, un ídolo.

jueves, 23 de julio de 2009

JUEVES PARA PENSAR POR LIBRE 1 (Por D. Enrique Monasterio)

A partir de hoy, y mientras me dure el libro, publicaré cada martes y jueves un capítulo del libro de D. Enrique Monasterio "PENSAR POR LIBRE". ¿Por qué? Pues porque me parece que es un verdadero tesoro, y no puedo menos que compartirlo. Creo que nos puede ayudar poner el coco en cosas importantes, y como dice D. Enrique "a sonreir un poco, que es saludable ejercicio".



SUPERSTICIONES A LA CARTA



Hoy más que nunca siento la tentación de tomarme a broma uno de los fenómenos más serios y significativos de esta época paradójica y un poco esquizofrénica que nos ha tocado vivir: la epidemia de supersticiones que nos invade, y la extraña fauna de personajes que comercian con la creciente credulidad del personal: adivinos, futurólogos, espiritistas, parapsicólogos, astrólogos, tecnoexorcistas, videntes, mediums, brujos, brujas, mesías, curanderos, sanadores, echadores de cartas, invocadores, de diablos, fantasmas, fantasmones, cazafantasmas, magos, rastreadores de ovnis, quiromantes.., y consumidores histéricos de todas clases, que alimentan a los anteriores con admirable generosidad.

La epidemia alcanza también a las librerías, a la radio, al cine, a la televisión, al mundo de la política y de la música. Y está tan extendida que me va a resultar imposible siquiera describirla en este breve espacio. Piensen, por ejemplo, en el crecimiento espectacular de la literatura esotérica que llena los estantes de los grandes almacenes. Me refiero a esos libros en los que se mezclan ingredientes tan heterogéneos como el fenómeno ovni, la Biblia, las pseudoprofecías más de moda, la posición de los astros, los templarios, la parapsicología, el péndulo de la señorita Pepis y el huevo de Colón.

El cóctel, sabiamente agitado, produce una extraña fascinación entre determinada clientela. Y lo que llaman “literatura fantástica” renta, en verdad, fantásticos beneficios a sus editores.

Los más graciosos de todos son los que adoptan aires doctorales y jergas pseudocientíficas, que ni ellos mismos entienden, para dar a sus memeces un aire aún más misterioso y arcano. Y es que la vieja terminología esotérica ya no impresiona a nadie. ¿Quién va a creer en duendes, en fantasmas, en brujas y espectros a estas alturas del siglo XX? ¡Por favor, seamos modernos!, clamaba Benigno Ramírez (alias Guasintón), Master en Ciencias Ocultas y Dietas Alternativas, por la Universidad Libre de Maracañí, en su tradicional alocución a los diplomados de la academia. No hablemos de profetas, sino de futurólogos. No digamos espíritus malignos, sino energías negativas. Nada de voces de ultratumba: ¡psicofonías!, eso es lo que son. Y además, las grabamos en magnetofón y las vendemos en la sección de empanadas del hipermercado.

No es broma, no. En la radio, que según dicen es el medio que goza de mayor credibilidad, son contadísimos los minutos a la semana que algunas emisoras sólo algunas dedican a la información o a la formación religiosa o doctrinal. Pero en cambio hay infinidad de espacios destinados a consultas astrológicas, al tarot, a las últimas novedades del horóscopo, etc. Por un precio verdaderamente módico, un profeta con gafas y pijama floreado lo mismo te elabora una carta astral para colgarla en el salón-comedor, que te interpreta el último sueño que hayas tenido por culpa de aquella carne mal digerida. Y lo más sorprendente del caso es que, a la vera del profeta, hay un profesional de la emisora, un informador, que aguanta impávido la marea de estupideces, e incluso interroga respetuosamente al hechicero de turno con tanta seriedad y unción como si se tratara del Oráculo de Delfos reencarnado.

¿Como se ha llegado a esta situación? ¿Es sólo un fenómeno sin importancia, un juego más o menos de moda que pasará igual que vino? Me temo que no. No cabe duda de que el agnosticismo, el relativismo y el escepticismo en general han desprestigiado a la inteligencia. Los consabidos tópicos de “nadie está en posesión de la verdad”, “cada uno tiene la suya”, “lo importante es creer en algo”, "la verdad absoluta no existe", etc. convierten a la inteligencia humana en una potencia frustrada, incapaz de alcanzar nada permanente.

Dios queda muy lejos, tanto que, aunque exista, no podemos conocerlo ni pensar en Él. Todo lo que digamos sobre su naturaleza será falso, porque el entendimiento humano no está capacitado para tamaña empresa.

Así razonan los agnósticos: según ellos, Dios nos ha dado la cabeza sólo para ponernos la boina, y la inteligencia para ser ingeniosos, para hacer esgrima mental, para resolver crucigramas, y para no aspirar a mucho más. Pero el hombre no se conforma con este planteamiento. Es imposible encorsetar su espíritu, ponerle diques o encerrarlo en un estuche para que no moleste.

El materialismo no es humano. Todos sabemos que somos mucho más que materia; soñamos con la eternidad; aspiramos a ser felices no sólo a pasárnoslo bien, y seguimos buscando el Amor con mayúscula, y la Verdad y la Vida también con mayúsculas. Por eso, cuando se le niega al espíritu esa posibilidad, anestesiando sus necesarias aspiraciones, busca una salida. Y si la razón no le sirve, recurrirá a la magia o a la superstición. Cualquier cosa, incluso lo irracional, con tal de no renunciar a ser lo que es.

Como ven el asunto es serio, y por tanto vale la pena tomárselo a broma: hay que empezar a poner en ridículo a esos vividores que sonríen escépticos cuando se habla de Dios, de los santos, de los ángeles o de los demonios (que también existen), Y van por ahí adivinando destinos, consultando a las estrellas, echando conjuros o curando el mal de ojo como en los mejores tiempos de Camelot y del Mago Merlín.

lunes, 13 de julio de 2009

MATE A SU HIJO EN 4 HORAS O MENOS...

Sabia que estas cosas se ven todos los dias, pero no lo habia vivido tan de cerca. Estaba yo en la red, tratando de enviar un mensajito de texto a un celular, cuando me aparece en la pantalla esto:





El anuncio decia descaradamente: "PILDORAS ABORTIVAS" y tenia un link que te lleva a una página en la que te describen cómo esta medicina que fue pensada originalmente para la úlcera péptica, es una "excelente" alternativa a los abortos quirúrgicos, ya que produce un "aborto médico" que la paciente puede manejar ella sola, desde su propia casa.

Como soy más bien curiosa, llamé al teléfono que indicaba el anuncio, y me contestó una voz casi de ultratumba, con acento salvadoreño:


-A ver, culántas semanas tenés?


-No se... (finjí para sacar alguna información) creo que tal vez 3 o 4....


-Bueno reina, no te preocupés, decime dónde estás y en menos de 4 horas tenés solucionado el problema. Vas a necesitar dos dósis y valen Q800 (unos $100), pero por Q300 más ($35) te puedo llevar otra pastilla más efectiva y que te dará menos molestias.


Me temblaron las piernas, se me revolvió el estómago y casi vomito, asi que terminé la llamada bruscamente.


Hace días don Enrique Monasterio escribió el siguiente artículo, una situación que desgraciadamente está sucediendo ahora todos los días, no necesita más comentarios:

Catalina está un poco embarazada, casi nada en realidad. Su embarazo es tan pequeñito que casi no es embarazo. Es un embarazo a lápiz, en papel borrador, que se va como ha venido. Además tampoco lo sabe seguro, porque la cosa fue ayer mismo.

Catalina tiene 15 años y va a la farmacia con frecuencia. Antes compraba regaliz y clerasil para los granos. Hoy comprará un antiácido, que no necesita receta, porque la lógica ansiedad del evento le ha generado un poquito de hiperclorhidria, y pedirá también un antibiótico para el flemón. El flemón es casi tan pequeño como su embarazo, pero para ése sí que lleva una receta que le dio el dentista.

Luego pedirá la píldora “porsiacaso” —así la llama su amiga Loli—, que vale 20 euros (Loli no, la píldora). Loli vale mucho más, porque su padre tiene pasta por un tubo y ha comprado varias píldoras (su padre no, Loli) para no tener que ir a la farmacia después de estar con Manolo. Catalina supone que “porsiacaso” no es el nombre auténtico del medicamento, pero Nieves, que es una farmacéutica superguay, se lo aclarará.

Catalina está nerviosa pero contenta. Gracias a la nueva píldora será más libre cuando esté con su primo Borja. Además le han explicado en el cole que mientras el embrión no anide te lo puedes quitar, porque es como si no existiera. Y la anidación sólo ocurre unos días más tarde.

Cuando la profe lo dijo en clase, Richi, que es un bocazas medio tonto, contestó: “Eso es como decir que hasta que el niño no esté en la cuna no es niño y te lo puedes cepillar”. Catalina se mosqueó y dijo que “no es lo mismo Richi, qué bruto eres”; pero todos se rieron porque ya sabían lo de ella y Borja.

Catalina llega a la farmacia, pero como hay una vieja (lo menos tiene 40 años) comprando, pide primero el almax para la acidez y el augmentine que le ha recetado el dentista. La farmacéutica se lo trae todo y le pregunta: “¿quieres algo más, guapa?”.

Como la vieja no se acaba de ir, Catalina aprovecha para pesarse y comprobar que los tres helados que se tomó con los coleguis le han engordado casi medio kilo. Se va la vieja, y entonces dice: “ah, se me olvidaba. También quiero…, la píldora esa… pa después, ¿mentiendes…?

Nieves la mira de arriba a abajo y le pregunta si es para después de comer o para después de ponerse ciega de cocacola con güisqui. Catalina se mosquea y le dice que ya sabe ella de qué está hablando y que tiene derecho a la píldora comosellame. Entonces Nieves le responde que en su farmacia no se despachan abortivos aunque venga la ministra con una pistola; que a lo hecho pecho, y que se lo piensa decir a su padre (al de Nieves no, al de Catalina) para que se entere de lo que hace la niña.

Catalina se marcha con un mosqueo considerable y va en busca de otra farmacia alejada de su casa donde no la conozcan. Al fin la encuentra y le dan la famosa píldora. ¿Sólo una?, pregunta la niña. El boticario se le ríe a la cara y le dice que para qué quiere más. “¿Es que te dedicas a eso? ¿Eres una profesional?”

Catalina se ha tomado la píldora con un vaso de Coca-cola light. Ella habría preferido una copa de Baylis, que es dulce como un caramelo y, con un poco de hielo, te pones la mar de contenta, pero es que el alcohol no se lo venden ni con receta.

Por la noche piensa que ya puede estar tranquila; que la cosa no ha tenido importancia, porque además lo más probable es que no estuviera embarazada. Y si lo estaba era un embarazo muy pequeñito, y el embrión no había tenido tiempo de anidar. O sea que Nieves es una exagerada, pero no le dirá nada a papá. Y si se lo dice, que se lo diga. Porque ella tiene sus derechos, que se lo ha oído a una ministra muy mona que hay ahora.

Catalina se mete en la cama. Siempre ha rezado tres avemarías, pero hoy le da cosa y no reza nada.

Apaga la luz y se pone a llorar como cuando era muy pequeña y no podía dormir sola.









sábado, 11 de julio de 2009

EL EXITO ES APRENDER A FRACASAR


http://www.interrogantes.net/


El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse, decía el conocido estadista e historiador británico Winston Churchill. Nadie puede decir que no fracasa nunca, o que fracasa pocas veces. El fracaso es algo que va ligado a la limitación de la condición humana, y lo normal es que todos los hombres lo constaten con frecuencia cada día. Por eso, los que triunfan en la vida no es porque no fracasen nunca, o lo hagan muy pocas veces: si triunfan es porque han aprendido a superar esos pequeños y constantes fracasos que van surgiendo, se quiera o no, en la vida de todo hombre normal.


Triunfar es aprender a fracasar. De esta curiosa paradoja depende en mucho el acierto en el vivir. Cada frustración, cada descalabro, cada contrariedad, cada desilusión, lleva consigo el germen de una infinidad de capacidades humanas desconocidas, sobre las que los espíritus pacientes y decididos han sabido ir edificando lo mejor de sus vidas.


Efectivamente, normalmente, el éxito en la vida viene de haber sabido afrontar las inevitables faltas de éxito del vivir de cada día. Y los que, por el contrario, fracasan en la vida son aquellos que con cada pequeño fracaso, en vez de sacar experiencia, se van hundiendo un poco más. Por eso, se trata de descubrir que las dificultades de la vida juegan, en cierta manera, a nuestro favor. Que un fracaso hace lucir ante uno mismo la propia limitación pero, al tiempo, nos brinda la oportunidad de superarnos, de dar lo mejor de nosotros mismos. Y que es precisamente, en medio de un entorno en el que no todo nos viene dado, como se va curtiendo el carácter, como va adquiriendo fuerza y autenticidad.


Por eso, en la tarea de educar el propio carácter, o el de los hijos, es muy importante no caer en ninguna especie de neurosis perfeccionista. Sería una completa ingenuidad dejar que la vida se diluyera en una desesperada búsqueda de algo tan utópico como es el deseo de permanecer en un estado de euforia permanente, o de continuos sentimientos agradables. Quien pensara así, estaría casi siempre triste, se sentiría desgraciado, y los que le rodeen probablemente acabarían estándolo también. Como decía Gertrud von Le Fort, “hay una dicha clara y otra oscura, pero el hombre incapaz de saborear la oscura, tampoco es capaz de saborear la clara“. O como decía Quevedo, “el que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos“. Porque errores los cometemos todos. La diferencia es que unos sacan de ellos enseñanza para el futuro y humildad, mientras que otros sólo obtienen amargura y pesimismo. El éxito, volvemos a repetir, está en la capacidad de superar los tropiezos con deportividad.


miércoles, 8 de julio de 2009

LO QUE PIENSA UN HOMBRE ENAMORADO

Lo que publico hoy lo escribió "Rafa", un comentarista del 5ºB, y no cabe duda de que es un hombre realmente enamorado. Me impresionó cómo se expresa, cómo logra que cualquiera que lea esto entienda que el amor es DAR y no RECIBIR. Igual que los posts de ayer y hace dos días, lo copio, sin más.

Mi mujer y yo tenemos seis hijos vivos (los seis por cesárea) y tuvimos tres abortos naturales; o sea, tres hijitos en el Cielo. Total: nueve.

Quiero aportar dos comentarios por si pueden ayudar:

1.- El uso de los MNRF (MÉTODOS NATURALES DE REGULACIÓN DE LA FERTILIDAD) requiere de una condición indispensable: LA APERTURA A LA VIDA. No consiste en "cambiar" contracepción por MNRF sin más; eso sería una hipocresía o al menos una tontería. En nuestro caso, por una cuestión de prudencia y responsabilidad, espaciamos la venida de ese don que es cada hijo, pero SIEMPRE abiertos a la posibilidad de que, si es la voluntad de Dios, llegará uno. Así fue con nuestro sexto hijo, Jaime.

De esta forma, si llega un bebé "inesperado", nunca será un hijo "no deseado". Desde el seno materno sentimos, vivimos, si existe un rechazo por parte de la madre hacia la nueva vida. Y es que CADA VIDA IMPORTA; CADA VIDA VALE INFINITO, y si entendemos y creemos esto, no podemos aceptar ninguna acción que vaya contra la vida.

2.- Una cuestión clave en el uso de los MNRF es entender que la FECUNDIDAD se puede reconducir. Me explico: en los días fértiles de la mujer, si el matrimonio ha decidido espaciar la posible venida de un hijo, no se trata de que el hombre "se contenga, se aguante..." Eso es muy pobre. Hay que saber amar, y una forma de hacerlo es convertir esa fecundidad, esa entrega, en otros ámbitos de la convivencia, haciendo cosas que agraden a tu esposa: llevarla a cenar, traerle flores o darle cualquier sorpresa a través de la que puedas dar "salida" a ese amor. Porque esa es la base de una sexualidad plena: pensar, obrar y actuar por el otro; por el TÚ, y no por el YO. Y la sexualidad no es sólo genitalidad o sólo afectividad: los tres dinamismos de la persona: físico-biológico, psico-afectivo y espiritual, están y actúan SIEMPRE en toda relación. Y eso es así y no se puede separar, guste o no guste.

martes, 7 de julio de 2009

EL SENTIDO DE LA SEXUALIDAD

Este post está increible!! Pueden encontrar en EL 5ºB (uno de mis blogs favoritos) éste y otros artículos muy buenos.

Este vale la pena leerlo pues ayuda a entender, de modo muy sencillo cómo debe ser el matrimonio.



He entendido el verdadero significado de la sexualidad después de ejercitarla correctamente. Cuando me casé solo quería que aquello que iniciaba saliera bien y sabía que, tanto por educación como por carácter, tenía muchos boletos para que fuera un desastre: Viví la infancia con mis padres separados, (el matrimonio para mi era un duelo). Soy lista, dura e incombustible como la madre que me parió (... y a veces "cargo demasiado las tintas").

Fue una apuesta por la doctrina de Juan Pablo II sencillamente porque me inspiraba confianza, no porque yo tuviera fe, ya que hasta entonces solo me dejaba acunar, arrullar, por la fe que tenía Luis.

Tratando este tema no pretendo juzgar a nadie solo abrir luces porque ir en contra de la naturaleza tiene un precio y normalmente muy caro. No hemos sido creados por nosotros mismos y si no respetamos nuestra naturaleza nos pasa como a un coche que por cabezonería de su dueño no se cambia el aceite o se lleva revolucionado siempre a tope, puede que al principio funcione bien, pero termina dando problemas.

Respetar los ciclos de fertilidad de la mujer para evitar enbarazos, es adaptarse a la naturaleza y está en consonancia con el carácter unitivo de la sexualidad. Si el ser humano es capaz de amar en todo momento y no solo cuando es fecundo es porque El que lo creó quiso que la sexualidad tenga también esa otra misión. En mi caso como no he vivido impedimentos serios -y soy muy ambiciosa de felicidad- me he podido permitir no evitar embarazos, pero entiendo que no todos tengan esta suerte.

La contraconcepción tiene un drama tremendo que habrá que desarrollar con mucho tacto, crea desunión (al reves que respetar los ciclos de fertilidad) y culmina en la justificación del aborto. Y el aborto no cabe duda de que es inmoral porque es matar, aunque sea en los primeros días. La píldora del día después también es inmoral, es como si clavo un cuchillo a un bulto que puede ser un hombre, si era una almohada no mato, pero mi intención es precisamente que si hay vida, muera.

No voy a seguir tratando el tema como de moralidad o inmoralidad porque no soy moralista sino mujer, esposa y madre y he descubierto un don maravilloso que quiero compartir por si a alguien le ayuda. En principio lo descubrí por experiencia, después he estudiado sobre ello.

lunes, 6 de julio de 2009

...TERMINE CREYENDO EN DIOS PORQUE TUVE MUCHOS HIJOS...

Los próximos días estaré publicando algunos posts, y comentarios a esos posts que tratan sobre sexualidad. Los escribió una amiga, a quien admiro mucho. Realmente he querido decir muchas veces lo que ella explica, pero yo no habría podido decirlo mejor....

Leí ayer: “…sin tomar en serio la contracepción no hay credibilidad para oponerse al aborto”, yo añadiría “sin entender la sexualidad no puede tomarse en serio la contracepción”.
La sexualidad está ordenada a la expresión del amor a través de un acto personal de entrega y aceptación del otro.

El ejercicio de la sexualidad tiene como consecuencia la procreación, y disociar las dos orientaciones de la sexualidad –unitiva y procreadora- mediante el uso de medios artificiales supone sustituir el carácter de donación por el de apropiación del otro, que ya no es aceptado en su totalidad, sino solo como objeto que proporciona placer u otras ventajas, cosificándole.

Para entenderlo mejor pensemos en un juez que utiliza el poder que legítimamente le ha sido concedido para obtener un puesto de trabajo para un amigo. El fin no es ilícito pero es distinto de perseguir la justicia que es el fin a que está ordenado su poder. Pues entiendo que de la misma manera se aparta de la moralidad el ejercicio de la sexualidad que busca únicamente el placer, alejándose de las otras dos orientaciones para las que es obvio que existe.

Comprendo perfectamente la práctica de la contracepción, si yo no he caído en ella es porque pronto intuí que cada vida nueva es un tesoro del que iba a participar….. Yo no tuve muchos hijos porque creyese en Dios, terminé creyendo en Dios porque tuve muchos hijos, lo que me ha llevando a comprobar que mi misión en esta vida es ir descubriendo un plan maravilloso trazado para mí, del que no quiero apartar por una estupidez…