jueves, 12 de marzo de 2009

LA GENEROSIDAD COMO FUENTE DE ALEGRIA


por Aníbal Cuevas


Termino hoy con la tercera de las fuentes naturales de la alegría. Hoy toca el turno a la generosidad a la que Garcia Hoz definía como el fundamento del trato con las personas.

La generosidad implica compañerismo, amistad, espiritú de colaboración. Se trata de una virtud que encuentra sus primeras experiencias en la familia, corresponde a los padres fomentar en casa la participación y el espíritu de servicio ayudando a los hijos a encontrar la felicidad que supone estar a disposición de los demás. La vida ajetreada y complicada nos invita muchas veces a hacer nosotros lo que podrían y debieran hacer los hijos, puede que actuar así sea más cómodo y efectivo pero supone "robar" a los hijos oportunidades de sentirse felices y crecer como personas.


En un mundo materialista que tiende a reducir la generosidad a dar dinero o bienes materiales, convendría ampliar el campo de la generosidad a la disposición de dedicar tiempo a los demás. Ayudar a un hermano en los estudios, visitar a familiares enfermos o mayores, ayudar en casa.



Experimentar la alegría que supone ser generosos ayuda a que no todo gire en torno a uno mismo y sus cosas, descomplica mucho la cabeza y evita pensar en problemas que muchas veces solo están en la imaginación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es más gratificante la generosidad no material, mil veces más. El tiempo que se pasa con alguien es tiempo vivido y nada te lo quita, una cosa material se rompe con el tiempo. Y he visto que lo material se usa para compensar la falta del otro.

En estos minutosno puedo dar materialmente hablando, así que reparto alegría jajaja

Saludos!