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miércoles, 18 de agosto de 2010

¿QUE ES UN AMIGO?

Por: Lic. Guillermo Mazariegos

Un verdadero amigo es aquel que se interesa en el bien y la felicidad del amigo, esto le lleva a no buscar tener amigos, sino a buscar “ser amigo”.


Cuando estamos inmersos en un problema y pensamos que no podremos salir, cuánto deseamos la mano de un amigo fiel y verdadero que nos brinde su consuelo y su aliento. Su consejo nos da ánimo, su compañía paz, y hasta su simple presencia nos obliga a mantenernos en pie, firmes como los árboles.


Hay quienes “desean” tener muchos amigos para “sentirse populares”, presumen de amigueros. Viven para su buena fama y desprecian a los que no pertenecen a su “pandilla”. ¡Pobres insensatos! Ignoran que no tienen ningún amigo y que ellos, de amigos, no tienen nada.


Un verdadero amigo no busca “tener amigos”, sino “ser amigo”. Con todo lo que esto implica. No le importa ni la fama, ni el dinero, ni el carro del otro. Le interesa el bienestar y la vida de su amigo.


No se puede llamar amigo a cualquiera. Los amigos no son la “marita” de personas con las que me junto para ir a la plaza, a la disco, al bar, al café o a las fiestas. Con los que me la paso más o menos bien y dizque me divierto, pero cuando me despido de ellos con sonrisa de azafata, no dejan de ser más que unos desconocidos; unos “amigotes” con los que anduve vagando y en los que busqué mis intereses.


El amigo, dicho con todas las de la ley, busca sólo el bien de su amigo aunque le cueste. Está en las buenas y en las malas, siempre cerca. Perdona y excusa las ofensas y los errores con paciencia. Y si le compete lo corrige y lo ayuda con sinceridad. Si el amigo cae, lo levanta. Si está herido lo cura y lo lleva en brazos. Luchan juntos en la vida y se impulsan en los ideales. Se alegra cuando el amigo se alegra y sufre con el amigo que sufre. Los dos son “un solo corazón y una sola alma”.


El amigo tiene el corazón puesto en el amigo y le procura el mayor bien: llevarlo al Cielo. No busca acumularlo aquí en la tierra, sino que su amistad esté arraigada en Cristo.


Un amigo es también un hermano. El hermano es, de hecho, el amigo que la naturaleza nos da y nos unen vínculos de sangre.


El amigo, no será sangre de su sangre, pero es alma de su alma, y los une un vínculo irrompible.


No se nace con la amistad, pero sin ella es imposible crecer. Para el niño, el amigo significa mucho y crece con sus amigos. Es mejor descubrir la vida en aventuras junto a un amigo, que solo. “El hierro con el hierro se aguza y el hombre con su prójimo se afina” (Proverbios. 27, 17)


No cabe duda, el amigo es uno de los mayores tesoros que Dios nos ha dado, un impulso para llegar al Cielo.


Cristo, el mejor Amigo, nos sublima esta virtud, y nos lo confirma en el Evangelio:
“Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”.






Para terminar, un poema de Lope de Vega:






¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?




¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?


¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?


¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!


¡Cuántas veces el ángel me decía:
asómate ahora a la ventana;
verás con cuánto amor llamar porfía»!


¡ Y cuántas veces, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

viernes, 4 de septiembre de 2009

UNA TERRIBLE NOTICIA

Hace muchos meses que no tengo ningún contacto con una vieja amiga. Nos alejamos por varias razones, entre otras cosas, porque no estuve de acuerdo con algo... pero la verdad ya lo olvidé.

Hace unos días me enteré de que su hijita de 7 años tiene un tumor en la base del cerebro. Parece que todo comenzó hace algún tiempo, había habido algunos síntomas, aislados, que no llevaban a pensar en nada como esto. Últimamente la cosa se fue poniendo peor, y finalmente hubo un diagnóstico. La cosa no pinta bien, no hay cura y no hay muchas esperanzas.

En estos momentos toda su familia está muy afectada, no han terminado de realizar la situación y el dolor es muy grande como para hacer algo más.

Quisiera que ella sepa que estoy aquí, que no pasó nada, que sigo siendo su amiga, porque al fin y al cabo la amistad es para los momentos difíciles, que rezo por ellos, para que se haga la Amorosísima Voluntad de Dios.

Amiga, si necesitas que te cocine, que te acompañe, que te lleve a algún lado, que lloremos juntas, o que no lloremos.... lo que necesites, AQUI ESTOY!!

Por favor, recemos por mi amiga, gracias!

sábado, 23 de mayo de 2009

DIOS NO SE EQUIVOCA


HOY hace 9 días, se fue al cielo el hermano de una gran amiga. No lo conocí mucho, no personalmente, sin embargo, hoy tengo mucho que agradecerle.


A mi amiga la conozco (o mejor dicho ella me conoce a mi) desde hace unos 24 o 25 años, yo era una mocosa y ella acababa de terminar la universidad. Desde el principio se preocupó por mi, por la situación de mi alma. Mi mamá me enseñó a rezar, pero ella me enseñó a hacer oración... también a darle de comer a los caballos y a cazar "gamuzinos"...


Lo pasabamos muy bien. No estoy segura cuantos años pasaron, tal vez habran sido unos 6 o 7, cuando se fue a vivir a otro pais. Creo que no nos volvimos a comunicar en directo, algún recado por medio de alguien, pero nada más.


A finales del 2007, una amiga en común me pasó su dirección, le escribí y fue como si no hubiera pasado el tiempo. Retomamos los viejos temas, y por supuesto tomamos los nuevos. Para mi fue literalmente como un salvavidas, en ese momento me hacía falta oir (o leer) sus palabras, que no dudo venían de Dios.


Desde entonces, tuve dentro de mi lista de "pendientes" ir a visitarla, inmaginé varias veces la conversación que tendríamos cuando nos encontrásemos...


Luego, hace 9 días, sucedió el terrible accidente en el que murió su hermano, y acá es donde comienza mi agradecimiento:


*Volví a ver a mi amiga (aunque no en las circunstancias que inmaginaba...)


*Me encontré con una forma santa, incluso alegre, de lidiar con el dolor.


*Tuve la oportunidad de conocer a sus papás, personas extraordinarias, de quienes ya estoy aprendiendo mucho, y a quienes de hoy en adelante, con cariño sincero, trataré como familia.


*Vi, con una claridad que nunca antes, lo corta que es la vida, qué poco tiempo tenemos para ganarnos el Cielo... lo importante que es esforzarnos por ser santos y además, ayudar a otros a que lo sean, así el cielo sea una fiesta, donde estaremos todos juntos.


Esta es solamente mi historia, estoy segura de que detrás de este suceso doloroso hay otras muchas historias... ¡DIOS NO SE EQUIVOCA!

viernes, 4 de julio de 2008

LA AMISTAD

No es secreto que le tengo muchísima admiración a don Enrique Monasterio, y no es la primera vez que copio textual uno de sus posts.... (seguramente tampoco será la última).

Con este artículo tan bonito, aunque sea "robado", quiero hacer un homenaje a ese sentimiento tan grande... LA AMISTAD.



Hay un amor paterno (o materno), que es natural, inevitable, apasionado y más ciego que ningún otro. Hay un amor filial, más despegado que el de los padres, pero igualmente tierno y generoso.

Hay un amor entre los novios al que llamamos enamoramiento, y que, más que amor, es un deseo, una promesa de amar plenamente en el futuro. Y hay un amor conyugal, que compromete para siempre el alma y el cuerpo.Todos los amores tienen mucho común. Pero también se diferencian entre sí.

Hablemos del amor de los amigos.

La amistad procede de una elección. Hemos de querer a todos los hombres; pero sólo serán amigos los que elijamos.La amistad siempre es recíproca. Si no es correspondida, no existe.Es un cariño que no necesita palabras ni declaraciones. Nace y crece discreta y lentamente, sin flechazos ni compromisos apasionados. Esos amores pegajosos de los niños son simples formas de inmadurez.

La amistad no es exclusivista ni celosa: cuanto más se comparte, más se ahonda en ella.Según un viejo proverbio latino, amicitia pares aut accipit aut facit: nace entre iguales o iguala.

Esto significa que quien tiene un amigo “importante” se siente a su vez importante.(Hace años visité en Roma la Parroquia de San Josemaría (por entonces, del Beato Josemaría). Estaba allí el monaguillo que ayudó al Papa en la ceremonia de la dedicación de la iglesia. Me contó que había estado a solas con el santo Padre. "¿Y de hablasteis?", Le pregunté. Me miró altivo, como perdonándome la vida. "De nuestras cosas", contestó).

¿Y si el amigo es de menor categoría, más joven, menos inteligente o de condición más humilde? No importa: la amistad con los pequeños no empequeñece a los grandes; los ennoblece.

La amistad, como todos los amores, es entregar una parte de la propia intimidad. Hay una intimidad física que comparten del todo los esposos y, hasta cierto punto, los miembros de una misma familia. Los amigos participan de la intimidad espiritual: de las penas, alegrías, esperanzas, miedos, complejos… Y de dos intimidades, nace una sola.

Amigo es, pues, aquel a quien abrimos el corazón. Nuestros secretos son sus secretos. Y los suyos son nuestros.La amistad se asocia a una virtud —la lealtad—, que consiste precisamente en no traicionar nunca esa intimidad común.

La amistad no se instrumentaliza, "no sirve para nada". Por el contrario, todo debe estar al servicio de la amistad.

Al amigo se le corrige en secreto y se le alaba en público. No lo digo yo, sino Catón. Y otro refrán latino apostilla: amici vitia si feras, facias tua. Si no corriges los vicios de tus amigos, los haces tuyos.

Y hablando de refranes, he aquí otro proverbio italiano: ama l’amico tuo col vizio suo: ama a tus amigos con sus defectos.En consecuencia, no hay mejor espejo que el ojo de tu amigo. (Sí, lo reconozco, también es un proverbio, me temo que de Kloster o así).

La amistad, por tanto, es generosa, no pegajosa; sobria, no dulzona; fiel incluso con quien no lo es; tan necesaria para la vida que, sin ella, apenas somos personas.

—Oiga, ¿no se estará pasando?—Me he quedado corto, Elena. Porque, hablando de amistad, no he dejado de pensar en quien siempre quiso ser nuestro amigo, y aún espera que le digamos que sí. Me refiero a Jesús, que dijo a los suyos en la última cena: "os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que me ha dicho mi Padre.

"Esa amistad del Señor nace, en efecto, de una elección (nos eligió, cuenta San Pablo, antes de la creación del mundo) y fue el medio que Dios eligió para transmitirnos sus Misterios más profundos e íntimos. La Santísima Trinidad fue un secreto contado por Jesús en voz baja, como en confidencia, a sus amigos más queridos.

Nunca ha habido amigo más generoso: nos dio la vida. Ni más leal: a Judas le llamó amigo en el Huerto de Los Olivos, justo en el momento del beso traidor.Y nos ha llamado a la amistad, para que también nosotros —en confidencia— hablemos de ese Amigo del alma a los amigos.