Ninguna aventura que valga la pena se logra sin esfuerzo. Cuando al fin encontramos "nuestra aventura", y nos decidimos a lograrla, a veces, es necesario como Alejandro Magno y Hernán Cortés, QUEMAR LOS BARCOS, para no tener la tentación de huir, de escapar, de abandonar la lucha.... que será, sin duda difícil, pero la recompensa VALE LA PENA.
jueves, 16 de diciembre de 2010
DEL BLOG DE "HISTORIAS DEL METRO"
Llegué a mi Centro de Salud expectante.
Me atendió mi doctora de Medicina General.
“¿Qué te pasa?”.
“Pues que estoy embarazada”.
“Ah, entonces no estás enferma, muy bien”.
La doctora comenzó a rellenar un impreso con mis datos. Al parecer, para la matrona. “¿Es deseado?”, me preguntó.
“Por supuesto. ¿No es un hijo siempre deseado?”, le contesté yo.
“No, fía”, me dijo, hablándome coloquialmente, como se hace aquí en Asturias. Y se sonrió (probablemente situándome en una galaxia paralela).
Me dio unos papeles y me envió a la matrona. Mientras esperaba mi turno, me puse a leer. Allí, al lado de mi nombre, estaba mi “diagnóstico”: “Embarazo deseado”.
Pensé en cuántas ocasiones el impreso pondría “Embarazo no deseado”.
Si un embarazo, en realidad es un pequeño bebé desarrollándose en el vientre de su madre, lo que también podríamos escribir es “bebé precioso, rubito, delicado y cariñoso, no deseado”. O lo que es lo mismo, pero más breve y aséptico “hijo no deseado”. “Persona non grata” en este cuerpo de madre.
Me pregunto cómo asimilar que tus padres no te quieren, que vienes mal en ese momento porque no hay tiempo para ti, porque tu madre no puede hacerse cargo de una responsabilidad como tú… Me pregunto cuánto dolor se puede llegar a sufrir cuando uno no es querido en el ámbito más íntimo y más afortunado que se puede tener: tu propia familia. Me imagino unos daños emocionales que pasarían factura toda una vida. He visto personas, con situaciones menos traumáticas, ser incapaces de llevar una vida normal, sólo por sus carencias afectivas.
Al cabo de unos minutos, pude pasar con la matrona. Al ser “embarazo deseado”, no hubo grandes preguntas.
“¿Es el primero?”
“No, el segundo”.
“Ah, bueno, entonces ya sabes de qué va esto”…
(Sólo relativamente, pensé yo. Me siento tan primeriza como hace dos años).
“¿Debería de tomar ácido fólico, verdad?”, le pregunté.
“Eso tenías que haberlo hecho cuando planificaste tu embarazo, vida, hace seis o cuatro meses”.
“Yo no planifico mis embarazos”, le contesté con voz de ultratumba. Estaba siendo una dosis de realidad brutal. Sólo me faltó decirle “Mis hijos son un regalo de Dios, señora matrona”. Quizá fui una cobarde. Quizá no quise obligarla a tener que tomarse un calmante con semejante afirmación.
Cuánta gente planifica tener hijos y no lo consigue. Infundir vida no está en nuestras manos, aunque lo parezca. Siempre respeto todas las posturas, especialmente en lo que a hijos se refiere. Pero al mismo tiempo siempre me ha llamado la atención quien planifica tener un hijo, justo después de la televisión de plasma, la casa decorada en estilo minimalista y haber dado la vuelta al mundo. “Y ahora ¿qué nos queda? Ah, tener un hijo”.
Bien por ellos. Yo, prefiero el caos encantador de tener una familia con dificultades, sin muchos muebles, eso sí, con muchos nervios "económicos", pero abandonada en las manos de Dios. Muchos pensarán que “así nos va”. Y quizá tengan razón. Quizá, desde luego no era el mejor momento... Pero yo creo que, a la larga, habrá premio. En todo caso, nosotros estamos encantados con este nuevo regalo que se nos ha dado.
viernes, 15 de octubre de 2010
SOCIEDAD GUATEMALTECA DE PADRES MALOS
Mientras vivas en esta casa obedecerás las reglas. Cuando tengas tu casa obedecerás tus propias reglas. Aquí no gobierna la democracia, no hice campaña electoral para ser tu padre, tú no votaste por mí. Somos padre e hijo por la gracia de Dios, y yo acepto respetuosamente el privilegio y la responsabilidad aterradora. Al aceptarla adquiero la obligación de desempeñar el papel del padre.
No soy tu cuate, nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas pero no somos compañeros. Soy tu padre ¡Y eso es cien veces más que un amigo!.
También soy tu amigo, pero estamos en niveles completamente distintos. En esta casa harás lo que yo diga y no debes cuestionarme porque todo lo que yo ordene estará motivado por el amor. Te será difícil comprenderlo hasta que tengas un hijo, mientras tanto confía en mí...
Tu Padre
GRAN PARTE DEL PROBLEMA QUE ESTAMOS VIVIENDO ES GRACIAS A TANTO PAPA BUENA ONDA,
Responsabilidad, Honor, Vergüenza, Respeto, Principios Elementales.
"SOCIEDAD GUATEMALTECA DE PADRES MALOS"... ¡PERO QUE QUEREMOS A NUESTROS HIJOS!
ÚNETE A LA CAMPAÑA
miércoles, 6 de enero de 2010
UTILES USADOS


viernes, 31 de julio de 2009
APRENDIENDO A VIVIR....
Crecen sin pedir permiso a la vida, con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia.
Pero NO crecen todos los días; crecen de repente.

Un día, se sientan cerca y con increíble naturalidad, te dicen cualquier cosa que te indica que esa criatura, hasta ayer en pañales y pasitos temblorosos e inseguros..., creció.
¿Cuándo creció que no lo percibiste?. ¿Dónde quedaron las fiestas infantiles, los juegos en la arena, los cumpleaños con payasos?.
Crecieron en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.
Ahora estas ahí, en la puerta de la disco, esperando ansioso, no sólo que no crezca, sino que aparezca... Allí están muchos padres al volante, esperando que salgan zumbando sobre patines, con sus pelos largos y sueltos. Y allí están nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas; en las esquinas, con el uniforme de su generación y sus incómodas mochilas en la espalda.

Y aquí estamos nosotros, con el pelo cano...
Y son nuestros hijos; los que amamos a pesar de los golpes de los vientos, de las escasas cosechas de paz, de las malas noticias y las dictaduras de las horas. Ellos crecieron observando y aprendiendocon nuestros errores y nuestros aciertos; principalmente con los errores que esperamos no repitan...
Hay un período en que los padres vamos quedando huérfanos de hijos...; ya no los buscamos en las puertas de las discotecas y los cines. Pasó el tiempo del piano, el fútbol, el ballet, lanatación... Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.
Algunos, deberíamos haber ido más junto a sucama, a la noche, para oír su alma respirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia; y cuando fueron adolescentes, a los cubrecamas de aquellas piezas cubiertas decalcomanías, pósters, agendas coloridas y discos ensordecedores.
Pero crecieron sin que agotáramos con ellos todo nuestro afecto. Al principio nos acompañaban al campo, a la playa, a piscinas y reuniones de conocidos; Navidad y Pascuas compartidas. Y había peleas en el auto por la ventana, los pedidos de chicles y la músicade moda. Después llegó el tiempo en que viajar con los padres se transformó en esfuerzo y sufrimiento: no podían dejar a sus amigos ya sus primeros amores.
Y quedamos los padres exiliados de los hijos. Teníamos la soledad que siempre habíamos deseado... Y nos llegó el momento en que sólo miramos de lejos, algunos, en silencio, y esperamos que elijan bien en la búsqueda de la felicidad y conquisten el mundo del modo menos complejo posible.
El secreto es esperar... En cualquier momento nos darán nietos. El nieto es la hora del cariño ocioso y la picardía no ejercida en los propios hijos; por eso los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tan incontrolable cariño. Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto.

Por eso es necesario hacer algunas cosas adicionales, antes de que nuestros hijos crezcan.
Así es: las personas sólo aprendemos a ser hijos, después de ser padres y sólo aprendemos a ser padres, después de ser abuelos...
En fin, pareciera que sólo aprendemos a vivir, después de que la vida se nos pasó...
sábado, 11 de julio de 2009
EL EXITO ES APRENDER A FRACASAR

El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse, decía el conocido estadista e historiador británico Winston Churchill. Nadie puede decir que no fracasa nunca, o que fracasa pocas veces. El fracaso es algo que va ligado a la limitación de la condición humana, y lo normal es que todos los hombres lo constaten con frecuencia cada día. Por eso, los que triunfan en la vida no es porque no fracasen nunca, o lo hagan muy pocas veces: si triunfan es porque han aprendido a superar esos pequeños y constantes fracasos que van surgiendo, se quiera o no, en la vida de todo hombre normal.
Triunfar es aprender a fracasar. De esta curiosa paradoja depende en mucho el acierto en el vivir. Cada frustración, cada descalabro, cada contrariedad, cada desilusión, lleva consigo el germen de una infinidad de capacidades humanas desconocidas, sobre las que los espíritus pacientes y decididos han sabido ir edificando lo mejor de sus vidas.
Efectivamente, normalmente, el éxito en la vida viene de haber sabido afrontar las inevitables faltas de éxito del vivir de cada día. Y los que, por el contrario, fracasan en la vida son aquellos que con cada pequeño fracaso, en vez de sacar experiencia, se van hundiendo un poco más. Por eso, se trata de descubrir que las dificultades de la vida juegan, en cierta manera, a nuestro favor. Que un fracaso hace lucir ante uno mismo la propia limitación pero, al tiempo, nos brinda la oportunidad de superarnos, de dar lo mejor de nosotros mismos. Y que es precisamente, en medio de un entorno en el que no todo nos viene dado, como se va curtiendo el carácter, como va adquiriendo fuerza y autenticidad.
Por eso, en la tarea de educar el propio carácter, o el de los hijos, es muy importante no caer en ninguna especie de neurosis perfeccionista. Sería una completa ingenuidad dejar que la vida se diluyera en una desesperada búsqueda de algo tan utópico como es el deseo de permanecer en un estado de euforia permanente, o de continuos sentimientos agradables. Quien pensara así, estaría casi siempre triste, se sentiría desgraciado, y los que le rodeen probablemente acabarían estándolo también. Como decía Gertrud von Le Fort, “hay una dicha clara y otra oscura, pero el hombre incapaz de saborear la oscura, tampoco es capaz de saborear la clara“. O como decía Quevedo, “el que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos“. Porque errores los cometemos todos. La diferencia es que unos sacan de ellos enseñanza para el futuro y humildad, mientras que otros sólo obtienen amargura y pesimismo. El éxito, volvemos a repetir, está en la capacidad de superar los tropiezos con deportividad.
martes, 7 de julio de 2009
EL SENTIDO DE LA SEXUALIDAD
Este vale la pena leerlo pues ayuda a entender, de modo muy sencillo cómo debe ser el matrimonio.

lunes, 6 de julio de 2009
...TERMINE CREYENDO EN DIOS PORQUE TUVE MUCHOS HIJOS...
Los próximos días estaré publicando algunos posts, y comentarios a esos posts que tratan sobre sexualidad. Los escribió una amiga, a quien admiro mucho. Realmente he querido decir muchas veces lo que ella explica, pero yo no habría podido decirlo mejor....
Leí ayer: “…sin tomar en serio la contracepción no hay credibilidad para oponerse al aborto”, yo añadiría “sin entender la sexualidad no puede tomarse en serio la contracepción”.
La sexualidad está ordenada a la expresión del amor a través de un acto personal de entrega y aceptación del otro.
El ejercicio de la sexualidad tiene como consecuencia la procreación, y disociar las dos orientaciones de la sexualidad –unitiva y procreadora- mediante el uso de medios artificiales supone sustituir el carácter de donación por el de apropiación del otro, que ya no es aceptado en su totalidad, sino solo como objeto que proporciona placer u otras ventajas, cosificándole.
Para entenderlo mejor pensemos en un juez que utiliza el poder que legítimamente le ha sido concedido para obtener un puesto de trabajo para un amigo. El fin no es ilícito pero es distinto de perseguir la justicia que es el fin a que está ordenado su poder. Pues entiendo que de la misma manera se aparta de la moralidad el ejercicio de la sexualidad que busca únicamente el placer, alejándose de las otras dos orientaciones para las que es obvio que existe.
Comprendo perfectamente la práctica de la contracepción, si yo no he caído en ella es porque pronto intuí que cada vida nueva es un tesoro del que iba a participar….. Yo no tuve muchos hijos porque creyese en Dios, terminé creyendo en Dios porque tuve muchos hijos, lo que me ha llevando a comprobar que mi misión en esta vida es ir descubriendo un plan maravilloso trazado para mí, del que no quiero apartar por una estupidez…
miércoles, 3 de junio de 2009
AMISTAD, AUTORIDAD Y OBEDIENCIA

La amistad entre padres e hijos se puede conjugar perfectamente con la autoridad que requiere la educación.
- Exígete en los mismos puntos en que aconsejas, mandas o corriges. Es muy duro, si no, escucharte luego que tienen que ser humildes, pacientes y ordenados, si tú no vas por delante con el ejemplo.
- Manda con afán de servir, sin dar la sensación de que lo haces por comodidad personal. Que vean que te molestas tú primero. Muchas veces así ellos entenderán, sin necesidad de que nadie se lo diga, que deben hacer lo mismo.
- No exhibas demasiado la autoridad. No des lugar al temor o a la prevención.
- Procura saber lo que hiere a cada uno, para evitarlo delicadamente si es preciso. Sé comprensivo y sé muy humano. Aprende a disculpar. No te escandalices tontamente, pues supone casi siempre falta de conocimiento propio.
- Habla con llaneza y sin apasionamiento, sin exagerar, procurando ser objetivo. Aprende a discernir lo normal de lo preocupante o grave.
- Habla con claridad, a la cara. No seas blando, pero tampoco cortante.
- Sé positivo al juzgar y pon en primer término las buenas cualidades, antes de ver los defectos, y sin exagerarlos.
- No quieras fiscalizarlo todo. No quieras uniformarlo todo. Ama la diversidad en la familia. Inculca amor a la libertad, y ama el pluralismo como un bien.
- Respeta la intimidad de tus hijos, sus cosas, su armario, su mesa de estudio, su correspondencia. Y enséñales a respetar a los demás y su intimidad.
- No dejes que se prolonguen demasiado las situaciones de excesiva exigencia. Para ello, debes estar atento a la salud y al descanso para que nadie llegue al agotamiento psíquico o físico. Debes extremar los cuidados a los más necesitados (no todos los hijos son iguales), para evitar que tomen cuerpo las crisis de crecimiento o de madurez.
domingo, 31 de mayo de 2009
DIEZ PRINCIPIOS PARA MEJORAR LA AUTOESTIMA EN LA FAMILIA
1. Disponibilidad
Consiste en dedicar tiempo (¡que es lo que menos tenemos!) a atender a nuestros hijos y esposo/a. Con los adolescentes, por ejemplo, no vale lo de “este tema ya lo hablaremos el sábado con tranquilidad, cariño”. Para el sábado, tu hija de 13 años ya se ha emborrachado con una amiga y van a hacer lo que se les ocurra, porque el padre estaba deslocalizado, como las empresas. Hay que estar disponible, porque hay problemas que sólo se arreglan en el momento en que el otro se anima a plantearlo y pide ser escuchado. Recordemos que nuestros padres, al morir, sólo nos dejan realmente el tiempo que pasaron con nosotros. Demos tiempo al otro.
En muchas familias, cuando un padre o madre dice “hijo, tenemos que hablar”, el chaval piensa “uy, malo, malo”. ¿Por qué? Porque sabe que los padres cuando dicen “tenemos que hablar” quieren decir “te voy a soltar un discurso por algo tuyo que no me ha gustado”. Esto cambiaría si los padres se hicieran un propósito: dedicar el 75% a escuchar y sólo el 25% a hablar. Escuchar a los hijos (o al cónyuge, a cualquiera) es un esfuerzo activo. Hay que soltar el diario, quitar el volumen de la TV, girar la cabeza hacia quien te habla, mirar a los ojos, expresar atención. Eso es escucha activa, que es la que sirve para mejorar la autoestima de tu familia.
3. Coherencia en los padres y autoexigencia en los hijos
Uno es coherente cuando lo que piensa, siente, dice y hace es una sola y misma cosa. No tiene sentido decirle a los niños desde el sofá: “eh, vosotros, ayudad a mamá a quitar la mesa”. Hay que dar ejemplo primero. Tú, padre, has de quitar la mesa durante 5 días, que te vean. El quinto día dices a tu hijo: “venga, ahora entre los dos”. Y dos días después: “estoy orgulloso de ti, ahora ya has aprendido y ya puedes quitar la mesa tú sólo”. Y él se sentirá orgulloso de quitar la mesa. Así aprenden a autoexigirse, que es mucho mejor que tenerlos vigilados 24 horas al día. Esto es un progenitor potenciador, motivador, animador y protector al mismo tiempo. También pedimos a los niños que estudien pero ¿nos ven a nosotros estudiar, leer revistas de nuestro oficio, ponernos al día en nuestra especialidad? Hemos de poder decir: “mirad, hijos, nosotros también estudiamos”.
4. Tener iniciativa, inquietudes y buen humor, especialmente con el cónyuge
Estos tres factores son útiles para la autoestima familiar. En España el buen humor no suele escasear. Pero la rutina es un enemigo en las relaciones conyugales y con los hijos. El punto clave es que haya creatividad e iniciativa en la vida de pareja y eso se contagiará a toda la familia. Las mejores horas deben ser para compartir con el esposo o esposa. Ser papá o mamá no debe hacernos olvidar que somos “tú y yo, cariño, nosotros”. Creatividad e iniciativa protegen a la pareja de la rutina. Cuando hay rutina, es fácil que uno de los dos busque la “magia” añorada fuera, en otras relaciones. Por el contrario, si la pareja va bien, los hijos aprenden su “educación sentimental” simplemente viendo cómo se tratan papá y mamá, viendo que se admiran, se halagan, se alaban, son cómplices. “Cuando sea mayor trataré a mi mujer como papá a mamá”, piensan los niños entusiasmados. Eso les da autoestima.
5. Aceptar nuestras limitaciones, y las de los nuestros
Hay que conocer y aceptar tus limitaciones, las de tu cónyuge, las de tus hijos. Pero es importantísimo no criticar al otro ante la familia, no criticar a tu cónyuge ante los niños, o a un niño ante los hermanos, comparando a un hermano “bueno” con uno “malo”. Eso hace sufrir al hijo y le quita autoestima. Es mejor llevarlo aparte y hablar.
6. Reconocer y reafirmar lo que vale la otra persona
Seamos sinceros: no tiene sentido que andemos llamando “campeón” a nuestro niño que nunca ha ganado nada. Si ha perdido un partido de fútbol, no le llames campeón. Ha de aprender a tolerar la frustración, acompañado, eso sí. También hemos de saber (grandes y pequeños) que somos buenos en unas cosas y no en otras. “Hijo, pareces bueno en A y en B, pero creo que C no es lo tuyo”. Reafirmemos al otro en lo que vale, y se verá a sí mismo como lo que es, una persona valiosa.
7. Estimular la autonomía personal
Uno se hace bueno a medida que va haciendo cosas buenas. Es importante que lo entiendan los hijos. Lo que se hace es importante: hacer cosas buenas nos hacer buenos a nosotros. Esta idea ayuda a tener autonomía personal, hacer las cosas por nosotros mismos, para mejorar nosotros.
8. Diseñar un proyecto personal
No irás muy lejos si no sabes donde quieres ir. Quedarte quieto no es factible, uno tiende a volver a quedarse atrás. Has de tener un proyecto personal para crecer, y atender y ayudar a discernir y potenciar los proyectos de los tuyos.
9. Tener un nivel de aspiraciones alto, pero realista
Hemos de jugar entre lo posible y lo deseable. Si aspiramos alto, nos valoraremos bien, tendremos autoestima. Pero, ¿es factible? Debemos conjugar un alto nivel de aspiraciones con la realidad de nuestras capacidades y recursos.
10. Elijamos buenos amigos y amigas
El individualismo es el cáncer del s. XXI. Nosotros y nuestros hijos estamos atados a máquinas gratificantes: el DVD, la TV, la videoconsola, Internet... El trabajo en solitario va minando la amistad verdadera. ¡Los amigos comprometen mucho y al individualista no le gustan los compromisos!
Sin embargo, necesitamos más que nunca amigos humanos, personas, grandes y buenos amigos, con los que compartir muchas horas, conversaciones sinceras y cercanas, amistades de verdad, que te apoyen y te conozcan auténticamente, que te acepten con tus fallos y potencien lo mejor en ti. Seleccionar amigos así para ti y para los tuyos es la mejor inversión.
Una familia que trata de seguir estos principios contribuye a mejorar la estima en sus hijos y la autoestima en ellos mismos. Hay finalmente tres ideas más a considerar:
* Según Chesterton, lo natural tiende a lo sobrenatural mientras que lo que no se sobrenaturaliza se desnaturaliza. Es cierto. Hemos de entender que la autoestima, el amar y el amarse, es sobrenatural. ¿Has pensado en cómo te ama Dios, en lo grande, lo sobrenatural de Su amor por ti? Piénsalo. Eres muy especial para Él. Cuando vivas este amor, comunícalo a tus hijos.
* Buena parte del sufrimiento inútil en el mundo se produce porque en algunas ocasiones en las que deberíamos dedicarnos a pensar, nos ponemos a sentir; y en ocasiones que son para sentir, nos ponemos a pensar. Evitemos este sufrimiento inútil: hay momentos para pensar y momentos para sentir.
* Si luchas, puedes perder, pero si no luchas ya estás perdido. Si luchas por tu vida familiar, no estás perdido.
viernes, 27 de marzo de 2009
HAY QUE EVITAR ESTOS 4 PELIGROS
"EN LOS AÑOS 60 se publicó un interesante artículo "STUDI CATTOLICI" en la que se advierte a los padres que eviten 4 peligros en los que fácilmente pueden caer perjudicando a sus hijos:
1. MIRAR SOLAMENTE EL BIEN MATERIAL Y LA POSICIÓN SOCIAL:
Aunque es legítimo pensar en el bien material y el progreso, hay que ponerse en guardia para que esto no se convierta en lo único y lo que prevalece.
2. SACRIFICARSE EXCESIVAMENTE PARA PROCURAR A LOS HIJOS CUIDADOS SIEMPRE MAYORES:
Se alerta a los padres del peligro de privarse de los necesario, con tal que sus hijos tengan lo superfluo, puesto que ello puede matar la iniciativa en los hijos y hasta hacerles perder todo ideal, además de hacerles egoístas. Muchos jóvenes de hoy afirman que no aspiran a nada porque lo tienen todo.
3. QUITAR TODAS LAS DIFICULTADES EN EL CAMINO DE LOS HIJOS:
Que se traduce en un afán desmedido de resolverle los problemas a los hijos, sin dar lugar a que ellos vayan entrenándose en la lucha de cada día. Esto vuelve a los hijos psíquica y espiritualmente raquíticos e incapaces de afrontar las dificultades de la vida.
4. NO PERMITIRLES A LOS HIJOS SUFICIENTE LIBERTAD CUANDO DEBEN ELEGIR UN CAMINO:
Cuando NO se toman con libertad las decisiones, el individuo NO aprende a afrontar consecuencias. Esto no quiere decir que los padres no hagan advertencia a sus hijos, sino siempre con ponderación y respeto, haciéndoles partícipes de sus propias experiencias.
Las personas inseguras por presencia de padres perfeccionistas y sobreprotectores, sienten por lo general miedo a actuar y el deseo de regresar a la infancia para eludir responsabilidades.
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NO CREA QUE SU ÑINO ES UN SUPER NIÑO o UN ADULTO EN MINIATURA
EL niño, es niño! Y requiere de tiempo para aprender y hacer - así como para madurar y estructurarse.
EXPLÍQUELE LO QUE DESEA DE ÉL Y POR QUE - ASI COMO LO QUE DEBE HACER Y PARA QUE.
NO ESPERE NUNCA OBEDIENCIA PERFECTA o IMPLICITA
El niño pequeño no está capacitado para abstraer por lo tanto debe conocer los limites y él porque de ellos (explíqueselo cuantas veces sea necesario hasta que lo interiorice)
CONVERSE CON SU PAREJA LO RELACIONADO A LOS PROBLEMAS QUE IMPLICAN LAS DESAUTORIZACIONES.
*Asegúrese que en su hogar todos los adultos y jóvenes entiendan que la disciplina es un factor de seguridad para los niños pequeños.
*Acuerden las medidas disciplinarias en su hogar (sin exageraciones) y de acuerdo a las características propias de la familia. Póngalas en práctica con CONSTANCIA.
EJERCITEN SU COHERENCIA (armonía entre lo que dicen y lo que hacen)
EVITEN LAS INCONSECUENCIAS (a veces sí y a veces no, según el estado de animo)
viernes, 27 de febrero de 2009
LA MUJER INVISIBLE

Luego, comenzó a pasar en otros lados. Una noche habíamos estado mi esposo y yo en una reunión por espacio de unas tres horas, y yo ya estaba lista para regresar a casa. Me pare junto a mi marido, que estaba conversando con un compañero de la oficina, y él siguió hablando, no notó mi presencia….
Allí fue cuando me percaté de la situación…. ¡No me ve! ¡SOY INVISIBLE!
Luego, comencé a notarlo más y más. Llegaba al colego con mi hijo, y su maestro le preguntó, “Jay, ¿quién viene contigo?”, mi hijo contestó “nadie”. De acuerdo, sólo tiene 5 años, pero, ¿nadie?
Una noche, un grupo de amigas celebrabamos el regreso de una de nosotras de un viaje por Europa. Janice había hecho este fabuloso viaje, y nos estaba contando de los maravillosos lugares y lujosos hoteles en los que había estado.
Comencé a ver a las otras mujeres que estaban allí sentadas. Yo me había maquillado rápidamente en el carro, llevaba un vestido viejo porque era lo mejor que tenía limpio y planchado, no me había dado tiempo de arreglarme más, así que llevaba mi pelo agarrado con una “banana”, y me sentía bastante patética.
De repente mi amiga Janice me dio un libro que había traído para mi como regalo del viaje. Era un libro con fotografías de las grandes catedrales de Europa. Al principio no entendí el regalo. Cuando abrí la primera página del libro, se leía una dedicatoria que decía así:
“con admiración por la grandeza de lo que estás construyendo cuando nadie ve”
No es posible nombrar a las personas que construyeron las grandes catedrales de Europa. Uno busca entre todas las fotos de estas impresionantes obras, y sólo se puede leer: CONSTRUCTORES: DESCONOCDOS. Completaron estas obras, sin saber si alguien, algún día sabría que ellos las construyeron.
Cuentan que un obrero estaba tallando con gran dedicación unas vigas que luego serían cubiertas por el techo, y alguien le dijo: “¿para que te esfuerzas tanto, y gastas tanto tiempo en eso que nadie va a ver?” Y el obrero contestó: “Dios lo ve”.
Estos obreros confiaban en que Dios vería su trabajo. Dieron toda su vida por un trabajo, un majestuoso trabajo, que nunca verían terminado. Muchas de estas catedrales tomaron más de 100 años en ser construidas, eso es mucho más que la vida laboral útil de un obrero. Se presentaban a trabajar un día si, y otro también. Hicieron muchos sacrificios por los que no recibirían ningún crédito. Llegaban a trabajar a una obra que no verían terminada, construyendo un edificio en el que nunca aparecería su nombre.
Dicen que catedrales como estas no serán construidas nunca más, porque ya no hay suficientes personas dispuestas a hacer este tipo de sacrificios.
Cerré el libro, y fue como si Dios me dijera: “YO te veo, no eres invisible para mi. No hay ningún sacrificio tan pequeño que yo no lo vea. Veo cada pastelito horneado, cada botón, cada ruedo, y sonrío con cada puntada. Veo cada lágrima de desilusión cuando las cosas no salen como esperabas, pero recuerda estás construyendo una Gran Catedral, probablemente no la verás terminada, ,y tristemente, no vas a poder vivir en ella, pero si la construyes bien, yo sí viviré allí.”
A veces mi invisibilidad se siente como un terrible peso, pero no es una enfermedad que esté borrando mi vida, sino la cura para la enfermedad de mi egoísmo, es la manera en que puedo mantener bajo control mi propio orgullo.
Está bien que no me vean, está bien que no se den cuenta.
Cuando mis hijos sean mayores, y traigan amigos a casa, no quiero que les digan: “No vas a creer lo que hace mi mamá, se levanta a las 4 am, cocina, plancha los manteles, limpia la casa…” aunque en realidad yo haga todo eso y más. No quiero que hablen de lo que hago, quiero que QUIERAN venir a casa, y que les digan a sus amigos: “ te va a encantar mi casa”.
Está bien que no vean, no trabajamos para ellos, trabajamos para El, nos sacrificamos para El.
Ellos tal vez nunca verán todo lo que hacemos, o si lo hacemos bien. Pero podemos rezar y estar seguras, de que con nuestro trabajo invisible estamos construyendo un GRAN MONUMENTO para honra y gloria de un Dios que lo ve todo.
martes, 3 de febrero de 2009
"...ES MUY INTELIGENTE, LO QUE PASA ES QUE ES UN POCO VAGO..."

Cuando oigo comentarios de ese estilo, siempre pienso que, en el fondo, no es así. Que esos chicos no son inteligentes.
Por eso, se equivocan radicalmente los padres que se enorgullecen tanto del talento de sus hijos y en cambio apenas hacen nada por que sean personas esforzadas y trabajadoras. Igual que esos hijos presuntuosos que hacen tanta ostentación de su pereza como de su gran inteligencia, y suelen luego acabar en situaciones personales lamentables. O como aquellos profesores que sólo juzgan los conocimientos, como si la enseñanza no fuera más que una gasolinera donde se administran conocimientos a los alumnos y se comprueba posteriormente su nivel de llenado.
jueves, 16 de octubre de 2008
"MI ANGELITO SERIA INCAPAZ"
