jueves, 16 de diciembre de 2010

DEL BLOG DE "HISTORIAS DEL METRO"

Lo que pongo a continuación es un post de un blog vecino que se llama HISTORIAS DEL METRO.  Hoy en Misa el sacerdote decía que a una madre embarazada le cambia la cara, porque resplandece al ser instrumento de Dios para dar vida... en este testimonio se puede apreciar ese resplandor.


Llegué a mi Centro de Salud expectante. 
Me atendió mi doctora de Medicina General. 
“¿Qué te pasa?”. 
“Pues que estoy embarazada”. 
“Ah, entonces no estás enferma, muy bien”. 
La doctora comenzó a rellenar un impreso con mis datos. Al parecer, para la matrona. “¿Es deseado?”, me preguntó. 
“Por supuesto. ¿No es un hijo siempre deseado?”, le contesté yo.
“No, fía”, me dijo, hablándome coloquialmente, como se hace aquí en Asturias. Y se sonrió (probablemente situándome en una galaxia paralela).
Me dio unos papeles y me envió a la matrona. Mientras esperaba mi turno, me puse a leer. Allí, al lado de mi nombre, estaba mi “diagnóstico”: “Embarazo deseado”.
Pensé en cuántas ocasiones el impreso pondría “Embarazo no deseado”. 
Si un embarazo, en realidad es un pequeño bebé desarrollándose en el vientre de su madre, lo que también podríamos escribir es “bebé precioso, rubito, delicado y cariñoso, no deseado”. O lo que es lo mismo, pero más breve y aséptico “hijo no deseado”. “Persona non grata” en este cuerpo de madre.
Me pregunto cómo asimilar que tus padres no te quieren, que vienes mal en ese momento porque no hay tiempo para ti, porque tu madre no puede hacerse cargo de una responsabilidad como tú… Me pregunto cuánto dolor se puede llegar a sufrir cuando uno no es querido en el ámbito más íntimo y más afortunado que se puede tener: tu propia familia. Me imagino unos daños emocionales que pasarían factura toda una vida. He visto personas, con situaciones menos traumáticas, ser incapaces de llevar una vida normal, sólo por sus carencias afectivas.
Al cabo de unos minutos, pude pasar con la matrona. Al ser “embarazo deseado”, no hubo grandes preguntas. 
“¿Es el primero?”
“No, el segundo”.
“Ah, bueno, entonces ya sabes de qué va esto”…
(Sólo relativamente, pensé yo. Me siento tan primeriza como hace dos años).
“¿Debería de tomar ácido fólico, verdad?”, le pregunté. 
“Eso tenías que haberlo hecho cuando planificaste tu embarazo, vida, hace seis o cuatro meses”. 
“Yo no planifico mis embarazos”, le contesté con voz de ultratumba. Estaba siendo una dosis de realidad brutal. Sólo me faltó decirle “Mis hijos son un regalo de Dios, señora matrona”. Quizá fui una cobarde. Quizá no quise obligarla a tener que tomarse un calmante con semejante afirmación. 
Cuánta gente planifica tener hijos y no lo consigue. Infundir vida no está en nuestras manos, aunque lo parezca. Siempre respeto todas las posturas, especialmente en lo que a hijos se refiere. Pero al mismo tiempo siempre me ha llamado la atención quien planifica tener un hijo, justo después de la televisión de plasma, la casa decorada en estilo minimalista y haber dado la vuelta al mundo. “Y ahora ¿qué nos queda? Ah, tener un hijo”. 
Bien por ellos. Yo, prefiero el caos encantador de tener una familia con dificultades, sin muchos muebles, eso sí, con muchos nervios "económicos", pero abandonada en las manos de Dios. Muchos pensarán que “así nos va”. Y quizá tengan razón. Quizá, desde luego no era el mejor momento... Pero yo creo que, a la larga, habrá premio. En todo caso, nosotros estamos encantados con este nuevo regalo que se nos ha dado.

domingo, 21 de noviembre de 2010

ACLARACION SOBRE NOTICIAS SOBRE DECLARACIONES DEL PAPA



VATICANO, 21 Nov. 10 (ACI).-En el libro-entrevista con el periodista Peter Sewald titulado "Luz del Mundo", que será presentado en el Vaticano este martes 23 de noviembre, el Papa Benedicto XVI señala que el preservativo no es el modo verdadero ni adecuado para vencer al SIDA, sino la humanización de la sexualidad.

En un extracto del libro que lleva como subtítulo "El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos", dado a conocer ayer por L'Osservatore Romano y presentado erróneamente por diversos medios de comunicación como la "aceptación del condón por parte del Papa", el Santo Padre reitera lo que dijo en su viaje a África en 2009: el camino para vencer el SIDA no es el preservativo, sino la humanización de la sexualidad.

Benedicto XVI señala que "concentrarse sólo en el profiláctico quiere decir banalizar la sexualidad y esta banalización representa la peligrosa razón por la cual tantas y tantas personas en la sexualidad no ven más la expresión de su amor, sino una especie de droga, que se suministran consigo mismos".

Por ello, precisa, "también la lucha contra la banalización de la sexualidad es gran parte del esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su efecto positivo en el ser humano en su totalidad".

El Papa usa luego el ejemplo de una prostituta que usa un preservativo y lo presenta como un primer paso hacia la moralización. En tal caso, afirma, este uso podría considerarse como su primer paso de responsabilidad para "desarrollar de nuevo la conciencia del hecho de que no todo está permitido y que no se puede hacer todo lo que uno quiere. Sin embargo, este no es el modo verdadero y adecuado para vencer la infección del HIV. Es verdaderamente necesaria una humanización de la sexualidad".

Reitera posición de la Iglesia

Lo dicho por Benedicto XVI en este libro refuerza lo ya expresado por él en su viaje a Camerún y Angola en 2009, que le valió duras críticas y que fue dado a conocer por un sector de la prensa de manera sesgada. El Santo Padre explicó que "no se puede superar este problema del SIDA solo con slogans publicitarios. Si no existe el ánimo, si los africanos no se ayudan, no se puede resolver el flagelo con la distribución de preservativos: al contrario, el riesgo que se corre es el de aumentar el problema".

En la entrevista que dio durante el vuelo a Camerún en marzo de 2009 al ser preguntado por la labor de la Iglesia en la lucha contra el SIDA -bastante extensa en todo el mundo especialmente en África- el Papa dijo que el camino para enfrentar esta enfermedad "puede encontrarse solamente en un doble esfuerzo: el primero consiste en una humanización de la sexualidad, es decir una renovación espiritual y humana que lleve consigo un nuevo modo de comportarse el uno con el otro".

El segundo paso que propuso para esta tarea es el de "una verdadera amistad también y sobre todo con los que sufren, la disponibilidad, también con sacrificios, con renuncias personales, para estar con los sufrientes".

viernes, 19 de noviembre de 2010

Gente Fuera de Serie

Después de ver este video, a ver si a alguien le quedan dudas de que Dios TODO lo hace perfecto!  Cada vida vale!

viernes, 15 de octubre de 2010

SOCIEDAD GUATEMALTECA DE PADRES MALOS

QUERIDO HIJO: 

           Mientras vivas en esta casa obedecerás las reglas. Cuando tengas tu casa obedecerás tus propias reglas. Aquí no gobierna la democracia, no hice campaña electoral para ser tu padre, tú no votaste por mí. Somos padre e hijo por la gracia de Dios, y yo acepto respetuosamente el privilegio y la responsabilidad aterradora. Al aceptarla adquiero la obligación de desempeñar el papel del padre.
        
            No soy tu cuate, nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas pero no somos compañeros. Soy tu padre ¡Y eso es cien veces más que un amigo!. 
            
             También soy tu amigo, pero estamos en niveles completamente distintos. En esta casa harás lo que yo diga y no debes cuestionarme porque todo lo que yo ordene estará motivado por el amor. Te será difícil comprenderlo hasta que tengas un hijo, mientras tanto confía en mí... 
        
                                                                                     Tu Padre 





        
GRAN PARTE DEL PROBLEMA QUE ESTAMOS VIVIENDO ES GRACIAS A TANTO PAPA BUENA ONDA, 
        
        
        Responsabilidad, Honor, Vergüenza, Respeto, Principios Elementales.
        
        

        Bueno, pero... ¿Qué nos pasa? Qué es lo que nos hace suponer, que alguien más tiene la responsabilidad de cuidar de nuestros hijos, si nosotros, que se supone que somos los que más los amamos, no queremos tomar esa responsabilidad? 
          
         Es ridículo ver esas mesas redondas, en las cuales funcionarios públicos, dueños de bares y discotecas, miembros de comités ciudadanos y medios de comunicación se culpan unos a otros por algo que no es más que falta de responsabilidad de nosotros los padres. 
            
         Que si en los bares le venden alcohol a menores; que si los agentes de tránsito reciben sobornos, que si no cierran estos lugares a la hora señalada, que los jóvenes salen de estos lugares "totalmente borrachos". ¿Pero en dónde están los padres de éste menor que tomó más de la cuenta? ¿Quién lo recibe en su casa a esas horas y en ese estado? ¿Quién le dio el dinero para entrar en el bar, para el alcohol y para el soborno? ¿Dónde están los padres que le dieron el carro a un menor que no es capaz de hacerse responsable y maneja aunque esté tomado?
        
          ¡Por favor! En qué piensan los padres de esos jóvenes que salen de su casa a las 11 de la noche, habiendo empezado a tomar desde la tarde, durante el partido de Tigres o de Rayados? 
        
          ¿Y qué están pensando los padres de la jovencita de 16 ó 17 años, que va a conseguir jalón de regreso con la mamá de fulanita, sin querer enterarse de que esa mamá ni siquiera está en la ciudad?
        
        Por qué queremos pasarles la responsabilidad de decidir en manos de quién ponen su vida si todavía no son capaces de decidir de qué color pintarse el pelo, hoy con rayitos, mañana mejor negro.
        
           Porqué les damos permiso a nuestras hijas de irse a dormir después de la disco a casa de una amiga y les cargamos la responsabilidad de llevarlas a los novios de 19 ó 20 años, quién sabe a qué hora y no sabemos ni cómo, pues puede ser que tome de más ¿Porqué queremos creer que son maduros y responsables si nosotros mismos no lo estamos siendo? Nos volvemos ciegos a los peligros por comodidad, nos hacemos los "buena onda", "es que yo sí le tengo confianza a mi hija".
        
        Lo que tenemos es miedo y pereza, no queremos actuar como padres.
        
       Nuestros hijos no necesitan que seamos sus amigos... Ellos ya tienen un montón de amigos, de su edad.
        
    Nuestros hijos necesitan padres valientes y responsables, que fundamenten principios básicos, que pongan reglas y luego estén ahí para ver que se cumplan.
        
            ¿Cómo va a depender la seguridad de mi hijo del barman de una discoteca?? o del agente de tránsito, o si el dueño de la disco no cumple la ley y cierra a las 6:00 a.m. en lugar de a las 1:00 a.m.?
        
            Yo creo que sí debería de haber un horario, "pero el que los padres pongan en su casa" independientemente de la hora que cierren los bares. 
          
        ¿De qué tenemos miedo, Papás?
        
        ¿Porqué no podemos poner reglas?
        
        ¿Porqué no podemos exigir que se cumplan?
        
        ¿Porqué abandonamos a nuestros hijos en busca de nuestras propias comodidades?
        Si los jóvenes no necesitaran guía, si no necesitaran límites, ni autoridad a quién respetar...no existiríamos los padres. 
        Se nos encomendó una misión muy especial, la más grande: colaborar con Dios en la Creación y es a nosotros a quien se nos pedirá cuentas por nuestros hijos; no al dueño del bar, ni al amigo de nuestro hijo que iba conduciendo borracho cuando chocaron, ni al novio que se está luciendo de lo rápido que maneja y lo bien que "controla" el auto aún estando borracho, ni al policía, ni al maestro...¡ 
        a nadie más!
          
        Nunca, nadie podrá hacer que nuestros hijos regresen a casa a tiempo y a salvo, si nosotros no podemos hacerlo. No existe ley, ni horario, ni funcionario capaz de hacer por nuestros hijos, lo que nosotros no queremos hacer.
          
        ACTUAR COMO PADRES es muy difícil, y claro, oír de ellos "es que todos te tienen miedo, papá",  pues no importa!
        
        No estamos en campaña de elecciones para ser el papá más popular del año, pues ya cada quién tiene el padre que le tocó y sería estúpido poner en peligro la seguridad de nuestros hijos por quedar bien y caerles bien a sus amigos y aún más estúpido utilizar a nuestros hijos como instrumentos de venganza hacia nuestras fallidas relaciones en esta época de tantos padres divorciados.
          
        Es horrible oír de muertes de muchachos así, que han tenido la desgracia de toparse con esos otros jóvenes, hijos de padres "buena onda". Incluso oír de muertes de niños por accidentes o asesinatos que no han estado al cuidado de su papá y/o mamá. Es increíble ver a los niños(as) jugando SOLOS en la calle sin ningún cuidado y es increíble ver a nuestros jóvenes metidos en los bares durante todo el fin de semana tomando y en muchas ocasiones drogándose ya sea por voluntad propia y/o  propiciados por tanta gente sin moral y sin escrúpulos
          
        No estaría mal ganarnos el respeto de nuestros hijos, tomando las riendas de su vida, haciéndonos responsables de su hora de llegada, de lo que toman, de sus calificaciones, haciéndoles saber lo que esperamos de ellos y creando los medios para ayudarles en su lucha para conseguirlo. 
        
        Pongamos los pies sobre la tierra, seamos concientes...
        
        Los jóvenes y niños, lo único que necesitan, es que ACTUEMOS COMO PADRES!
        
        "SOCIEDAD GUATEMALTECA DE PADRES MALOS"...     ¡PERO QUE QUEREMOS A NUESTROS HIJOS!
          
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jueves, 14 de octubre de 2010

BLOOD MONEY

"Se habla de Blood money, una película documental sobre el aborto que nuestras autoridades consideran no recomendable para menores de 18 años.  Con dos años menos, las niñas podrán abortar sin permiso de sus padres; pero, según parece, es preferible que no sepan lo que hacen.
Ante semejante alarde de hipocresía uno tiene derecho a preguntarse si los políticos que fomentan la masacre no estarán también implicados directamente en  este sucio negocio de muerte."   Enrique Monasterio



miércoles, 13 de octubre de 2010

EL RESCATE DE LOS MINEROS CHILENOS, UNA BATALLA POR LA VIDA

Hoy, 13 de octubre, será recordado para la posteridad como el día en que rescataron a esos 33 mineros (32 chilenos y 1 boliviano) de la Mina San José.  


Recuerdo perfectamente, como, a principios de agosto, cuando en las noticias se supo de los mineros que quedaron atrapados a 700 metros bajo la superficie de la tierra, casi nadie dudó en asegurar que no había nada que hacer.


Milagrosamente, dos semanas después, un papelito que decía "ESTAMOS BIEN EN EL REFUGIO LOS 33". 

Este papelito dio esperanza al mundo entero.  Los gobiernos de varios países, los mejores ingenieros excavadores, incluso la NASA, pusieron lo mejor que tenían para ayudar a salvar las vidas de estos 33 hombres.  Según las noticias, se usaron entre 10 y 20 millones de dólares en el rescate de los mineros.  

Y es que la vida humana es invaluable, al saber que había vidas allá abajo, se hizo hasta lo imposible para que  todos y cada uno regresaran a la superficie con vida, para que todos ellos vieran de nuevo la luz.


Siempre me he preguntado cómo es posible que, a veces, haya accidentes aparentemente fatales, de los que se sale con vida, y en cambio, otras veces, situaciones tan aparentemente cotidianas puedan causar la muerte.    A mi esto sólo me confirma que no somos dueños ni de nuestra propia vida, mucho menos de las de nuestros hijos, ni siquiera cuando se encuentran en el vientre.


Dios nos ha dado una gran lección: fuimos capaces de crear la tecnología que trajo a estos 33 hombres a casa, pero la vida solamente Él la puede preservar.


Ojalá los gobiernos pusieran el mismo empeño en defender la vida de cada uno de los bebés que es abortado diariamente, si tan solo estos pequeños humanos pudiesen escribir: "ESTOY BIEN, EN MI REFUGIO, EN EL VIENTRE DE MAMÁ", seguramente se gastarían millones en traerlos a la luz con vida.

RESPUESTA DE UN SACERDOTE SOBRE EL USO DEL CONDON

         

El padre Paulino Toral, en compañía de algunos voluntarios, durante la entrega de raciones alimenticias que se hizo el viernes en el hospital de Infectología de Guayaquil.
             


 Guayaquil, 20 de marzo de 2009 
            
              Muy estimado Bonil: 
              Le admiro como humorista; no me da empacho decirlo. Le escribo con la autoridad que me proporciona ser un sacerdote que visita todas las mañanas de todos los viernes a los pacientes de VIH-sida en el Hospital de Infectología. 
              Voy siempre con un equipo de voluntarios y voluntarias de la Casa de la Vida. No sólo le escribo como un apóstol de mis enfermos, sino como simple hombre culto (soy abogado y sacerdote, con 10 años de estudios en tres universidades españolas). Estoy completamente en contacto con todo lo que sucede. Me muevo en el Internet como un pez en el agua. Le digo esto, porque a veces la gente piensa que los curas vivimos en otro planeta. 
              He visto su chiste de hoy sobre el Papa y el criterio de la Iglesia Católica sobre la ineficacia del preservativo para combatir el SIDA. 
              Estimado Bonil: El Papa puede decir que dos por dos son cuatro. Pero esta verdad no deja de ser una verdad científica, sino que sigue siendo una verdad matemática, aunque la afirme un religioso. 
              Dejemos aparte - sólo por método, para poder dirigirme a usted, con total independencia de sus creencias: no sé nada de su religión, ni siquiera sé si cree en Dios o no. da lo mismo para el caso - los motivos morales por los cuales la Iglesia católica se opone al uso del preservativo para combatir la pandemia del sida. 
              El Papa ha afirmado algo que es puramente científico: el uso del preservativo, lejos de impedir la propagación del sida, en definitiva, la acrecienta y aumenta. 
              Tome usted un microscopio. Ponga un preservativo de látex. Mida las microscópicas perforaciones que tiene el látex. Apunte en una libreta las milimicras que posee cualquiera de las perforaciones. Ahora, coja un virus del sida. Póngalo en el microscopio. Mídalo. Ahora compare las dos medidas. 
              La ciencia de hoy afirma que el virus del sida es 450 veces más pequeño que el espermatozoide. Si bien los espermatozoides no atraviesan las perforaciones del preservativo, claro que los virus del sida sí lo hacen. 
              Por otra parte, hemos de reconocer que la masiva difusión del preservativo, no determina una disminución del número de relaciones sexuales, sino, por lo contrario las facilita, las estimula, las incentiva. 
              Sepa, además, mi estimado Bonil, que tras la difusión masiva del preservativo hay toda una industria con gigantescos intereses económicos, todo un capitalismo. y, lo peor, ellos saben que el preservativo no preserva de nada, y que, como dice el Papa, aumenta la pandemia (por las dos razones científicas que antes le he expuesto: matemática: dimensión de las perforaciones, y estadística: constatación numérica de los fenómenos sociales) y, sin embargo, son tan criminales y tan genocidas, que por forrarse los bolsillos de dólares, empujan al mundo entero a la peor pandemia de la historia (tengo 5 DVD's, sobre el tema). 
              La irresponsabilidad de las autoridades de salud del mundo entero, y también, por supuesto, de Ecuador, es espantosa. Tras esa irresponsabilidad, o está una tercermundista ignorancia o una tercermundista corrupción. Todos ellos tendrán que dar cuenta a Dios - no me fío nada de los "juicios de la Historia", que son para morirse de risa - de la criminal irresponsabilidad con la que difunden en nuestro ambiente el uso del preservativo, con la consiguiente incentivación de las relaciones sexuales realizadas con la "ruleta rusa" del preservativo. 
              No por motivos religiosos, sino por simples razones de salud pública, la autoridad gubernamental debería informar a la gente los peligros que comporta el uso del preservativo. Algo así como se hace con la campaña de difusión de la estrecha relación que hay entre el tabaco y el cáncer. 
              Para terminar: son innumerables los y las pacientes de sida que cuando yo les he preguntado - claro, con toda mi intención - si usaron "protección". me miran con profunda tristeza y con una sonrisa cargada de odio e ironía me dicen: "Padrecito, el preservativo no sirve para nada." 
              Le invito un viernes a visitar conmigo a 'mis' enfermitos de sida - hoy mismo he estado con ellos - y luego me dirá si se atreve a hacer, querido Bonil, un chiste sobre la relación que hay entre la difusión del preservativo y el avance de la pandemia del sida. 
              Venga, le recibiremos llenos de cariño en nuestro equipo. Venga, y verá cómo los enfermitos están equivocados - sí que están equivocados - cuando dicen que no sirve para nada: ¡Claro que sirve!, y muchísimo: sirve para contagiarse ellos del sida; y sirve, sobre todo, para que muchos millonarios del primer mundo y del tercero, ganen más euros y dólares a costa de los millones de enfermos de sida que se fiaron del preservativo. 
              Además, mi querido amigo: no sé si usted es casado, no sé si tiene hijas. pero si un chico le dice a usted que va a tener relaciones con su hija, no creo que usted le diga: "¡Ok; pero con preservativo!" Me imagino que, como padre digno que supongo será, le dirá al chico de turno: "Amigo, usted a mi hija no me la toca, hasta que sea su esposa, después de haberse casado con ella, como Dios manda. ¡Mientras, ni con preservativo, ni sin preservativo!". 
              Y esto es lo que la Iglesia afirma como el mejor y único camino para preservar al mundo del sida. y de muchos otros males, tales como los hijos sin hogar. En esto, supongo que usted coincide con Dios y la Iglesia. 
            
              Con mi respeto y mi afecto. 
              
              Padre Paulino Toral.  

jueves, 30 de septiembre de 2010

¿PORNOGRAFIA Y SEXO, O PUREZA?

No es el tipico video de un "puritano de sexo". Este es un excelente video, testimonio de una pareja de novios que realmente invita a pensar y le da un completo nuevo enfoque a la palabra "castidad".
Super recomendable para jóvenes y adolescentes, y definitivamente un video obligado para padres y educadores.




Y acá les dejo un link de una página en donde se puede encontrar un programa de VERDADERA salud sexual y reproductiva, y no lo que intentan imponernos algunos.

lunes, 27 de septiembre de 2010

CASADA Y CON HIJOS

www.almudi.org
viernes, 24 de septiembre de 2010
Antonio Orozco Delclós


Dejo al lector el juicio sobre este raro espécimen llamado Lourdes.
Conversación con una madre de familia
Hay un país en la tierra que tiene un índice de natalidad del 1,3 y en algunas regiones suyas es aún más bajo. Significa esto que carece del relevo generacional necesario para garantizar Almudi.org - Familiaun futuro humano mínimamente satisfactorio. Lo previsible produce ciertos escalofríos. Ese país es España, a la cola de Europa. Y Europa, a la cola del mundo.
¿Cómo empezó la cosa? Indro Montanelli dice en su Historia de Roma, que la caída del Imperio comenzó con la corrupción de sus clases altas. El pescado —ilustra con un dicho italiano— siempre comienza a oler mal por la cabeza. A los romanos altos, les comenzaron a resultar incómodos los hijos y llegó el tiempo en que escasearon los hombres para el trabajo y para la guerra al extremo que la invasión bárbara fue poco menos que coser y cantar.
En un país como España, encontrarse con una mujer de 31 años con seis hijos, uno todavía en camino de ver la luz y el mayor de sólo 8 años, es como toparse con un espécimen extraterrestre. Es el caso que me ha acontecido con Lourdes Rivero, casada con Javier, de 36 años, militar, capitán ingeniero de construcción.
Sé que Lourdes no una excepción propiamente dicha, pero los índices están ahí. Dejaré al lector que juzgue por sí mismo sobre la rareza de esta señora y maestra.
Si me permite usted la pregunta, ¿a dónde van ustedes —usted y su marido—, con tantos hijos por esos mundos de Dios? ¿No se han enterado de que la paternidad ha de ser responsable?
Vamos a un sitio muy concreto. Me casé con Javier a los 22 años, al terminar los estudios de Magisterio, después de cinco años y un día de noviazgo. Entonces yo quería esperar un par de añitos a tener mi primer hijo, para disfrutar de una nueva vida, nuevas libertades, salir, entrar, viajar...
Pero no fue así: me casé un día de los Inocentes y Javi nació a los diez meses. Papá me decía:«cuando tengas tus propios hijos te darás cuenta de lo que te hemos querido tus padres». Tenía razón: cuando me pusieron a mi niño en mis brazos, sentí dentro algo que sólo una madre puede sentir: no hay palabras para expresarlo. Es una mezcla de ternura infinita, un amor que te quema las entrañas, tanto, tanto, tanto, que sólo puedes decir: ¡Gracias, Señor, por esto que no tiene nombre! ¡Gracias, Señor, por lo que me han querido mis padres! ¡Ahora lo comprendo!...
Pero he aquí que, de repente, me viene al corazón un sentimiento, una voz que me dice: «Yo te quiero muchísimo más que eso! Yo, Dios, te quiero con fortaleza de padre y ternura de madre!»Desde ese día cambió todo, todo. Empecé a entender qué significa de verdad "filiación divina", ser hijo de Dios. Y al comprender, más bien intuir el amor paternal de Dios, todo en mi vida lo veo bajo la luz del cariño de Dios: las alegrías, las penas, las cosas que no comprendo. Todo tiene sentido. Todo tiene un color diferente. Cualquier anécdota o suceso que tengo con mis hijos, me sirve de referencia para interpretar mi relación con Dios.
O sea, que, como Dios es un Padre tan bueno, todo maravilloso, ¿no?
Pues, no exactamente. Cuando Javi tenía un año, tuvo una gastroenteritis angustiosa: vomitaba y tenía mucha diarrea y muchísima sed. Yo sólo le podía dar una cucharadita de suero cada diez minutos. Era angustioso verle sufrir. Para él, lo único bueno era beber. Tenía mucha sed. Era "lícito""justo" beber agua... y yo no se la podía dar. Hubiera sido peor, porque si tomaba más, vomitaba de nuevo y era retroceder. ¡Cuántas veces he pedido y "exigido" a Dios cosas que me han parecido justas y razonables y no me las ha dado!
Por aquel entonces me quedé en estado de Luli. A mi marido y a mí nos hacía mucha ilusión. A los cuatro meses de embarazo me diagnosticaron toxoplasmosis. Por lo visto, es una infección sin importancia, pero conlleva un peligro: que si se contrae en los tres primeros meses de embarazo o en los tres últimos, puede afectar gravemente al bebé. Así que me advirtieron que tenía la infección y que además era muy alta; y que, siendo así, lo más probable es que la niña tuviera un 96 por ciento de posibilidades de ceguera o de malformaciones de corazón; y si no, costras calcáreas en el cráneo...
Un grave problema de responsabilidad, ¿no?
Tremendo. Mi primera reacción fue: llorar. Después, me planteé: ¿Qué quiero para mis hijos? Que vayan al Cielo. Siempre digo: ¡sano y santo! Si falta lo primero, lo segundo estará garantizado. Así Dios arrancó de mí un fiat! y me devolvió la paz, no sin preocupación, pero sabiéndome en sus manos.
¿Qué pasó con la niña?
Mire, está ahí, en la foto. Nació y ¡gracias a Dios!, perfectamente sana. Pero Dios me dejó un recuerdo... Todo el mundo, al verla —y aún más ahora—, me dicen: ¡qué ojos tan bonitos tiene esta niña, ¡llaman la atención! Y es verdad, Luli tiene unos ojos grandes, negros, profundos, limpios... Segunda lección: "Dios no se deja ganar en generosidad". Me arrancó el  que tanto me costaba dar y luego me premió con creces.
¿Cómo sigue la historia? ¿Ganó usted en sensatez o en insensatez?
Pasaron 21 meses y Dios nos regaló otra niña: Elenita, gordita, alegre, simpática, dulce. Siempre con su sonrisa picarona... Comprendo perfectamente lo que dice André Frossard: «Dios sabe contar sólo hasta uno». Cada hijo es único. Se le quiere como es y se le quiere todo.
Y la gente, ¿qué le decía esta vez?
Comenzó a sentirse con derecho a reñirme, porque ya estaba saliéndome del "canon preestablecido" (la parejita). Una señora por la calle, al verme con los tres pequeños me advirtió sobre "lo mal que están los tiempos". Le dije: «A mí me da igual. Sólo sé que cada hijo es un beso de Dios y ya van tres besazos, señora...»
A los veinte meses nació María. Se llama así, a secas y celebramos su santo el día de Santa María, Madre de Dios, porque el día que me enteré de que estaba embarazada era el día de la Anunciación. Entonces viví un embarazo muy cerca de la Virgen María, pensando que Ella sentiría lo mismo que yo: sueño, cansancio, molestias..., cómo hablaría con el Niño Jesús, cómo haría sus pañales, cómo prepararía sus sábanas...
Tanto lo imaginé que cuando llegó el día de ir al hospital para que naciera María, Javier me reñía:«¿pero a dónde crees que vas? ¡Vas a un parto!». Me lo decía porque mi maleta la llené con disfraces, alas doradas y cosas así, porque tenía la ilusión de hacer la fotografía de un belén viviente. Mire, aquí está: Javier es San José; Luli, la Virgen María; Elena, un ángel; y María, el Niño Jesús. Nació el 18 de diciembre y tras el esfuerzo de Javier (padre) pudimos mandar a todos una tarjeta de Navidad con este motivo.
Alguna gente ya se puso más rabiosa contra mí. Un día, en el parque, una señora me preguntó lo de si yo sabía sobre la paternidad responsable. Yo no me considero nada, pero sí creo que lucho por ser coherente —que no es fácil— y responsable: intuyo la gran importancia de lo que Dios me da prestado.
Sé que hay que tener los pies en el suelo, y sé que a la vez hay que confiar mucho en Dios. Si El lo manda, El sabe más. Y desde luego sé que si me lo manda es porque me dará fuerzas para sacarlo adelante con alegría y salero, aunque implique esfuerzo.
A la señora del parque me gustaría pedirle perdón, porque mi respuesta no fue muy correcta. Me salió del alma un «¿se cree que soy imbécil?», con un tono un poco elevado. Pero me gustaría también hacerle reflexionar sobre si no ha confundido en su corazón el concepto de "paternidad responsable" con el de "comodidad irresponsable". Creo —y no quiero juzgar a nadie— que de esto mucha gente sabe mucho.
Quizá los índices de natalidad tengan alguna significación, en este sentido. Pero, no estamos aquí para juzgar a nadie. ¿Usted tiene una idea concreta del número ideal de hijos para un matrimonio normal?
No es cuestión de un número. Es hacer en cada momento la Voluntad de Dios, aceptarla, amarla, ponerla en práctica, la que sea. Sean uno, o tres, o quince, o ninguno. Se trata de saberse querido y guiado por Nuestro Padre y olvidarnos de lo demás.
Javier terminó unos estudios y le iban a destinar. Creímos oportuno pensar que sería bueno que la llegada de un nuevo bebé se distanciase hasta que estuviéramos instalados en "algún lugar". Pero Dios decidió otra cosa mejor. Comenté con Javier: «El hombre propone y Dios dispone. Cuanto más inoportuno y más inesperado, más de Dios será».
Una amiga mía a la que quiero mucho, me decía: «¿Pero tú estás colgada?». Yo le dije: «Imagínate que eres hija de un gran rey, riquísimo; y que supieras que cada hijo tuyo fuera a ser heredero de la totalidad de ese reino, sin importar el número de hijos que tuvieras. La herencia sería la misma para todos. ¿Tú pondrías trabas a tener esos reyes en potencia? Cada hijo que tengo es hijo de Dios, heredero del Cielo, heredero de aquello que "ni ojo vio, ni oído oyó". ¿Quién soy yo para decidir quién va o no va? No puedo ser tan mezquina. Algo de lo que yo anhelo disfrutar, ¿cómo se lo voy a negar a alguien que, encima, voy a querer con todo mi corazón?»
El problema del traslado y de la vivienda se solucionó mucho mejor de lo que esperábamos. Una vez más, lección: lección número mil. Desde el "después" es desde donde se entiende el "antes". Dios sabe más. Ya estamos instalados en una casa grande, con sitio para todos, todos juntitos, con la vida más organizada, etcétera. Con cinco niños ya he cumplido, ¿no? La ingrata de mí se iba dando mil razones para decir basta, es decir, no, a la pregunta que Dios había sembrado dentro de mí y de Javier: «¿y por qué no otro?». ¡Pobre Dios! Ya me creía algo y seguía siendo la misma rácana del principio. Pero El, con su infinita paciencia y bondad me hacía pensar: «Quiero ése».
Pero usted ¿cómo oye a Dios?
Como tanta gente que le oye: no con los oídos. El sabe decir las cosas; sólo hay que querer escucharle y pedírselo. Y aunque nos costaba, volvió a arrancar nuestro fiat!. Digo "nuestro"porque Javier y yo hemos hablado siempre de todo y compartido estos sentimientos.
Así que el nuevo bebé que está con nosotros es —igual que todos— hijo de Dios. Pero me parece que "éste" es especialmente querido por Dios: éste y no otro posible es el que quiere Dios. Así que no me equivoco si añado que este hijo no es sólo un besazo de Dios, sino —cómo decirlo— mucho más. Y esto me llena de gozo.
Lourdes se disculpa por —según dice— el "rollo que me está colocando". Pero no sé si hemos llegado aún al fondo de su concepto de "responsabilidad", y le pido que profundice un poco más en el asunto.
¿No le parece frustrante, después de hacer una carrera con tanto esfuerzo, de tener peticiones de centros de enseñanza para trabajar fuera de casa en su profesión, encerrarse con cinco o seis niños en casa?
Esto mismo me decía una amiga que estudia periodismo. La comprendí perfectamente, aunque no comparto del todo su opinión. También hablábamos de lo horriblemente difícil que está la vida para los matrimonios jóvenes. El problema de la casa es real. En muchas ocasiones son necesarios dos sueldos y uno se va en el alquiler del piso o pago de hipotecas...
Todo esto es verdad y es una injusticia tremenda porque coarta la libertad de las personas. Es un problema político que habría que solucionar, con ayudas concretas. Pero también es cierto que hay un clima de desprestigio del trabajo de una madre de familia en su casa. Nos llaman "marujas".
A mí me encanta mi carrera de Magisterio, que es vocacional al cien por cien. Disfruto dando clase y me encanta la idea de formar personas. No descarto la idea de trabajar en ello el día de mañana y procuro reciclarme, estar al día en la medida de mis posibilidades. Pero he renunciado por ahora al Magisterio y no sólo no me arrepiento sino que cada día soy más feliz con esta decisión.
¿Por qué no se valora el trabajo en casa? Porque no se gana un duro. Hoy, por desgracia, está extendida la idea de "tanto ganas, tanto vales". Y en casa, desde luego, de "duros", nada. Pero estoy en casa, en primer lugar, porque creo que los niños de 0 a 3 años necesitan imprescindiblemente de la compañía de mamá. Es el tiempo de formar su personalidad, su seguridad, su afectividad. ¿No estamos dispuestos a dejarnos la hijuela por el mejor colegio? Pues para esa edad, esto que hago es mejor que Oxford o Harvard.
En segundo lugar, creo que así hago —lo intento al menos— hogar, para que cuando lleguen del colegio o (mi marido) del trabajo, tengan alguien que les quiere con locura, para escucharles, ayudarles, estar con ellos. Solamente escuchando se detectan muchos problemas, la influencia de las amistades, se está más "al loro" y hoy en día es muy importante. Hay que andar con "los pies de plomo".
Siendo algo apasionante ayudar como profesora a la formación de los hijos de los demás, me parece que lo es muchísimo más, formar a tus propios hijos. Dan unas alegrías enormes. Javi, a los tres años, me dijo una vez: —Mamá, ¿a que cuando comulgas, el alma se pone blanca. —Sí. -¡También se pone amarilla!. —¿Amarilla? ¿por qué?. —Porque Jesús es Dios y Dios creó la luz. Entonces, cuando comulgas, el alma se pone amarilla de luz... Y a los 5 años: —Mamá, ¿cómo entró Jesús en el seno de la Virgen?. Yo empecé a pensar cómo se lo explicaba, pero se me adelantó: —Ya lo sé yo: entró Dios en el seno de la Virgen y dijo: ¡Ahora me convierto en Niño!
Anécdotas de este estilo me hacen pensar en mi responsabilidad en la formación de mis hijos. Yo no sé qué será de su vida, pero me hacen reflexionar: «¿Y si estoy educando un futuro sacerdote, ¡otro Cristo!?» Es mucha responsabilidad. Insisto, no sé qué será de él, pero en todo caso estoy formando la sociedad de mañana. Tengo la misión de formar "sal de la tierra""luz" y "levadura" del mundo. Y también tengo la responsabilidad de rezar, para que cuando ellos hagan uso de su libertad, haya siempre en sus labios un fiat! (¡hágase!) a la Voluntad de Dios. Es apasionante y sobrecogedor.
En resumen: ¿Cansancio?: todo. ¿Paciencia?: a veces me falta. ¿Felicidad?: TODA. ¿Por qué? Porque sé que soy hija de Dios y estoy donde debo estar. Porque me ayuda dándome "no sé qué". Tengo Esperanza, Ilusión, Alegría y Fe. ¿Qué más puedo querer? Ningún día es igual a otro, aunque parezca todo lo contrario. Pero, no se crea, así no he pensado desde el primer día. Ni siquiera depende de mí pensar así. Todo esto me lo va descubriendo Dios día a día.
Dejo al lector el juicio sobre este raro espécímen llamado Lourdes. ¿Se trata de un fruto tardío de anacronismos irreversibles o de una anticipación del futuro, realidad de lo posible? Por si acaso, advirtamos al eventual lector poco avisado, que rehuya a personas como ésta, no vaya a ser que nos contagie su Fe, su Esperanza, su Amor y, sin querer, pulvericemos los materialismos y hedonismos al uso y nos hallemos de pronto en el alba de una nueva Humanidad llena de la alegría de vivir.