martes, 24 de agosto de 2010

LAS OMISIONES

Las vírgenes fatuas conservaban la castidad, la gracia y la modestia para propia utilidad, pero no eran útiles a nadie. Por eso fueron arrojadas fuera. Así son los que no alivian el hambre de Cristo. Considera atentamente que ninguno de ellos es acusado por faltas privadas, fornicación, perjurio o cualquier otra cosa, sino únicamente por no haber sido útiles a los demás. Yo pregunto: ¿Es cristiano el que se conduce así? Si el fermento mezclado con la harina no la hace cambiar; ¿es verdadero fermento? Si el perfume no despide buen olor entre los circunstantes, ¿lo podremos llamar perfume?» (San Juan Crisóstomo).



-Es que yo no hago nada malo...
-Está bien, pero, ¿qué haces de bueno?

No hay comentarios: