Los niños pequeños expuestos a la televisión y videos en hogares de bajos niveles socioeconómicos son propensos a tener limitadas interacciones verbales con sus madres, según un estudio que publica hoy la revista Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine.
"La televisión educativa no es una solución", afirmó Alan Mendelsohn, director de investigación clínica en el Departamento de Pediatría de la Escuela de Medicina, en la Universidad de Nueva York. Cuando el televisor está encendido con cualquier tipo de programas o mientras corre el video el contacto verbal entre padres e infantes es limitado, determinó el estudio.
La investigación mostró, asimismo, que cuando los programas son educativos y los miran juntos la madre y los hijos aumenta un poco la interacción. Sin embargo, el estudio señaló que la programación llamada educativa no promueve las situaciones en que padres e hijos miran juntos la televisión, de modo que no contribuye demasiado a la interacción verbal.
Lo que ocurre, con frecuencia, es que la madre enciende el televisor para que los niños se entretengan con los programas educativos mientras ella se ocupa de otras tareas de la casa, señalaron los especialistas. "Nuestras conclusiones son especialmente significativas porque las interacciones de padres e hijos tienen ramificaciones enormes para el desarrollo infantil temprano así como para el avance escolar y el éxito durante la adolescencia", señaló Mendelsohn.
Debido a sus conclusiones el estudio sustenta la recomendación de la Academia Estadounidense de Pediatría para que no se permita que los niños y niñas menores de dos años miren la televisión.
La Fundación Familiar Kaiser, en otro estudio, determinó que el 61 por ciento de los niños menores de dos años de edad está expuesto a la televisión en Estados Unidos. El estudio de la Universidad de Nueva York indicó que el 97 por ciento de los niños de seis meses de edad están expuestos a la televisión o la radio en una tasa media de dos horas por día.
Las conclusiones de ese trabajo también tienen implicaciones para los médicos y otro personal de asistencia de la salud que trabajan con padres y madres de niños pequeños, muchos de los cuales están expuestos a la televisión y los videos, afirmó Mendelsohn.
El estudio aconsejó que los pediatras y otro personal médico que atiende a los niños recojan información sobre este aspecto de la vida de sus pacientes, con datos sobre el tiempo de exposición a los medios y el tipo de programación. Asimismo, recomendó que cuando haya probabilidades de que continúe esa exposición los padres y madres permitan que sus hijos vean solamente programas educativos, y mientras el padre o la madre estén presentes.
Mendelsohn dijo que los médicos pediatras deberían alentar a los progenitores para que aumenten su interacción verbal con los niños durante las actividades diarias aparte de la exposición a los medios, como puede ocurrir durante las comidas, los ratos de juego, o las lecturas.
"Lo que nos preocupa es que los padres y madres consideren los programas educativos solamente como una oportunidad para dejar a sus niños frente al televisor en lugar de sentarse a ver los programas con ellos, y hablar con los niños durante el programa", indicó Mendelsohn. "Una audiencia pasiva de programas de televisión no conduce a una interacción del infante y la madre", agregó.
Para mayor información, consultar el documento oficial en: http://archpedi.ama-assn.org/cgi/content/full/159/7/614
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