por María Gil-Casares Gasset
www.trozosdevidas.blogspot.com
Encontré este artículo en el blog de María Gil-Casares, me pareció tan bueno que me lo tuve que robar y lo coloco tal cual:
He leído varias definiciones sobre la elegancia y, en mi opinión son incompletas. Cómo se puede definir:
- la elegancia de saber callar en el momento oportuno
- la elegancia de estar a la altura de las circunstancias
- la elegancia en el andar
- la elegancia de no figurar y no llamar la atención
-la elegancia de haber hecho un trabajo para que se luzca otra persona
- la elegancia de escuchar como el otro quiere ser escuchado...
- La elegancia en el vestir
Decía Coco Chanel que la elegancia es eterna mientras que la moda es pasajera. Cada época, tiene cánones de elegancia que responden a la sensibilidad estética del momento, sin embargo, una persona anticuada nunca es elegante porque la elegancia siempre tiene un toque de vanguardismo. Y aunque la moda no sea una garantía de belleza, tampoco lo clásico tiene ese privilegio; por otro lado debemos recordar que lo más llamativo o lo más ostentoso nunca será lo más elegante.
Sólo he encontrado, a través de un blog, un libro de M.A. Martí: Elegancia, El perfume del espíritu, en el que sí se describe bien la elegancia.
"La elegancia se crea en torno a un sello personal, a un estilo particular en el que puede estar presente la moda, pero en forma discreta; hay que evitar los estereotipos, lo muy común o popular porque siempre despersonalizan. Sólo las cosas se pueden hacer en serie, por eso son tan fáciles de manejar y terminan siendo aburridas; recuerde el dicho: conocido uno, conocidos todos. La elegancia es un bien adquirido, una conquista personal, es la cualidad humana que consiste en elegir lo mejor en base a la inteligencia y al conocimiento.
La elegancia como actitud se asocia con el silencio, con saber escuchar y callar, la persona elegante cuida lo que dice para no apabullar a los demás con palabrería exagerada y para no caer en comentarios inoportunos. La elegancia también está presente en el modo de llevar la conversación, en los temas que se tratan, en los que se omiten y, por supuesto, en el vocabulario que se utiliza. La forma de hablar de una persona dice más que su vestuario. A manera de conclusión, Martí afirma que la diferencia entre estar o ser elegante se lleva consigo porque vive en todo nuestro ser: en la manera de hablar, de moverse, en la expresión del rostro, en el vocabulario que utilizamos, en las prendas que elegimos, en los temas de conversación, en el modo como resolvemos las situaciones conflictivas, en el tono de la voz, en el respeto que manifestamos y en los detalles de educación."
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