jueves, 23 de octubre de 2008

SER COMO LAPICES


Encontré una analogía de la vida del hombre con un lápiz, decía algo más o menos así:


1. Se debe estar consiente de que no importa lo lindo que dibujes, o las palabras maravillosas que escribas, no eres TU, no es el lápiz, sino la Mano que lleva al lápiz. Si el lápiz no se dejara, no sirve para nada.


2. De vez en cuando, hay que dejar de escribir y dejar que nos "saquen punta"... un sufrimiento momentáneo, pero que deja la punta como nueva, para poder seguir escribiendo. Hay que aprender a valorar el dolor y el sufrimiento.


3. No hay que tenerle miedo al borrador. A veces, debemos de borrar, o dejarnos borrar. Hay que aceptar que nos podemos equivocar, y que siempre se puede comenzar de nuevo.


4. Por último, hay que estar consientes de que lo que importa en el lápiz no es la madera de que está hecho, ni el color de la pintura que lo recubre, ni su forma. Lo importante del lápiz es lo que está adentro: el grafito. Por eso es importante preocuparse por llenar nuestro interior de cosas buenas, lo de afuera pasa, se deteriora. De nada sirve un lindo lápiz con el que no se puede escribir.

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