sábado, 7 de junio de 2008

EL ARTE DE PERDONAR EN EL MATRIMONIO III Y FINAL


Las últimas tres actitudes que nos expone la autora de este artículo, son:


*Generosidad: El perdón, es un regalo, que se da, sin esperar nada a cambio. Y como casi todo lo que se da, le hace más bien al que lo da que al que lo recibe, probablemente sin merecerlo.


El perdón va mucho más allá de la justicia. De hecho, hay situaciones, que viéndolas desde el punto de vista de la justicia solamente, son imposibles de perdonar: la pérdida de un amigo, un ser querido... esto no se puede restituir con "justicia"... y allí, dónde el castigo no podría jamás cubrir lo que se dañó o perdió, es donde cabe el perdón.


Es más fácil perdonar cuando se nos pide perdón, pero no es una condición necesaria que el agresor esté arrepentido.


Por último, se debe perdonar por amor, a pesar de todo. No se puede condicionar el perdón.


*Humildad: Es necesario ser muy prudentes y delicados para mostrar al otro nuestro perdón. No podemos perdonar sólo por mostrarnos "moralmente superiores", ya que esto podría impedir la paz a causa de nuestra propia arrogancia.


Por otro lado, pedir perdón, nos expone a que el otro nos hiera y ofenda, de nuevo, y de todas maneras, es posible que no se nos conceda el perdón.


Cuando las circunstancias lo permitan, es recomendable tener una larga conversación, y dejar también que el otro hable y se exprese. Además es muy necesario, cambiar de lugar de vez en cuando, para tratar de entender sus puntos de vista.


No debemos olvidar que todos somos capaces de equivocarnos, por lo que el perdón es más para compartir que para conceder. Y no debemos olvidar que cada uno también debe de reconocer sus propios errores, que a lo mejor, han llevado al otro al comportamiento que nos ofende.


*Abrirse a la gracia de Dios: Las exigencias del perdón llega en muchos casos al límite de nuestras fuerzas, pero nunca estamos solos, Dios nos ayuda.


El Señor nos ha dado uno de los mandamientos más difíciles cuando nos dijo que "Amáramos a los enemigos"...


Dios nos perdona una y mil veces. Al tratar de parecernos a Jesús, no podemos menos que perdonar.


Perdonar es un acto de fortaleza espiritual, es un mandamiento cristiano y un gran alivio. Significa optar por la vida y actuar con creatividad.


"¿Quieres ser feliz un momento?, véngate. ¿Quieres ser feliz siempre? perdona."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y cuando ya no te queda fuerza? Y sabes que pasara otra vez?