Hoy recibí un comentario que me hizo recordar algo muy importante a la hora de educar: NUESTROS HIJOS SON SERES HUMANOS, personas, como nosotros, capaces de cometer los peores errores y horrores que podamos imaginar.
Cuántas veces se oye a madres y padres criticar a los hijos de otros, con un horror tal, que una se queda pensando que seguro sus hijos ya tienen abierta la causa de canonización antes que la partida de defunción.
No estoy diciendo que los hijos sean "per se" unos malvados cuasi-demonios (aunque los hay), no, nuestros cachorros también tienen sus encantos, y muchos. Hoy en día se puede ver cada chico inteligente, con dotes creativos increíbles, con buen corazón, amiguero, alegre, etc. Pero es esa misma chispa que los hace taaaan buenos, la que a veces colabora en crear las ideas para portarse mal. Además de que el demonio está doblemente interesado en llevárselos a ellos, pues los niños son de los favoritos de Dios.
En resumen: hay que hacer examen de conciencia, y pensar qué seríamos capaces de hacer, de pensar, de dejar de hacer, etc. y trasladarlo a los hijos. Si nos hemos esforzado en estudiar un poquito y procurar ser buenos educadores, seguro tendremos la suerte de que nuestros hijos sean mejores que nosotros, pero aún así, siguen siendo humanos, con más o menos las mismas debilidades que nosotros.
Cerrar los ojos, no ayudará a nadie, empezando por ellos.
Dicen que el amor de madre (aplica también para los padres) es el amor más ingenuo que existe, se perdona todo, una y otra vez, se vuelven a dar oportunidades, una y otra vez... pero no cerremos los ojos a la realidad, pues sólo así los podremos ayudar.
Creo que la lección más importante de hoy, es que Dios es Padre y Madre, y nos ama con "amor ingenuo", nos perdona todo, una y otra vez. A los hijos hay que ganárselos, desde pequeños, que nos tengan confianza, que sepan que esperamos mucho de ellos, pero que no nos extrañan sus miserias... y que los hombres grandes no son los que nunca se caen, sino los que SIEMPRE se levantan, y que mientras Dios nos de vida, estaremos a su lado para ayudarlos a levantarse las veces que sean necesarias.
1 comentario:
¡Que bien has expresado mi idea!.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en que tienen más peligro los chicos buenos, sobre todo los compasivos. Me doy cuenta de que un error que he cometido en los mayores es no repetirles hasta la saciedad que cuando se ve un naúfrago hay que medir las propias fuerzas y buscar ayuda porque si pretendemos ser su tabla de salvación corremos el peligro de ahogarnos los dos.
En Fátima fue a vernos Stephanie Erichsen -que vive en Cascais -Portugal- y es también Guatemalteca y compañera de Máster. ¿La conoces?
Un beso
María Jesús
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